Una reciente investigación publicada en la revista Urology, registró una mejora en los pacientes con dificultades para alcanzar y sostener una erección; la cual se extendió, al menos, por tres meses.
Infobae. Las aplicaciones de inyecciones de bótox como tratamiento estético se usan, frecuentemente, para eliminar las arrugas. Sin embargo, sus beneficios no serían solo cosméticos, un nuevo estudio descubrió que podrían proporcionar “un claro beneficio” a los hombres que sufren disfunción eréctil. El estudio se publicó en la revista Urology después de que un equipo de investigadores analizara siete ensayos distintos, realizados entre enero de 1990 y julio de 2021.
El trabajo estuvo dirigido por el doctor Rawad Abou Zahr, urólogo, quien declaró que los ensayos demostraron que el fármaco antiarrugas ayudó a fortalecer las erecciones de muchos participantes durante un periodo de tres meses.
“En cuanto a la duración del beneficio de las inyecciones de BoNT-A (bótox), los estudios mencionados describieron un claro beneficio en los tres primeros meses de tratamiento”, declaró. “Este beneficio parece retroceder llegando al periodo de seis meses. Esto arroja luz sobre la importancia de los regímenes de mantenimiento en estos pacientes”, añadió.
Se cree que el bótox -un relajante muscular que suele inyectarse en la cara- ayuda a mejorar las erecciones al relajar el músculo liso de las paredes de los vasos sanguíneos del pene. En los siete ensayos combinados participaron 362 hombres, a los que se les inyectó esta sustancia o un placebo en la base del miembro.
La eficacia se midió mediante la “escala de dureza de la erección”, que califica la rigidez y la fuerza del pene en una escala de cero a cuatro, donde cero es la calificación más baja (clasificada como “el pene no se agranda”) mientras que cuatro es la más alta (“el pene está completamente duro y rígido”).
Un ensayo demostró que cerca de la mitad de los participantes mejoraron su clasificación en la escala, mientras que un segundo ensayo demostró que el 40% de los participantes impotentes eran capaces de mantener relaciones sexuales con éxito, al menos tres meses después del tratamiento.
Sin embargo, antes de que los hombres impotentes se apresuren a reservar una cita para obtener una “erección de bótox”, los investigadores advirtieron que hace falta realizar más ensayos y citaron el pequeño tamaño de la muestra, 362 hombres, como una de las limitaciones del estudio.
La disfunción eréctil, también conocida como impotencia, tiene lugar cuando una erección no logra ser lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales. Aunque, tener problemas para mantener la erección de vez en cuando no es necesariamente un motivo para preocuparse, sin embargo, cuando ocurre constantemente, entonces se debe de recurrir al médico.
“La disfunción eréctil se define como la incapacidad de lograr o mantener una erección lo suficientemente rígida que permita un encuentro sexual satisfactorio. No debe ser considerada solamente un síntoma, sino parte de una enfermedad sistémica que puede afectar a uno de cada dos hombres entre los 50 y los 70 años”, explicó a Infobae, Walter De Bonis, encargado de la sección Disfunciones Sexuales del Hospital Duránd, urólogo y consultor de la sociedad Argentina de Urología.
Con el objetivo de hacerle frente a la disfunción eréctil, en la actualidad los hombres pueden acudir a diversos tratamientos establecidos por los profesionales, los cuales están compuestos por medicamentos, ya sean orales o inyectados, o también por dispositivos especiales como las bombas de vacío, o las terapias de regeneración celular (ondas focales). Estas opciones deben ir acompañadas de terapia psicosexual.
Desde que recibió la aprobación de la FDA en 1998, el Viagra® se ha recetado popularmente para tratar la disfunción eréctil. Investigaciones recientes sobre este medicamento descubrieron que proporciona beneficios inesperados para la salud, ya que, además, reduce el riesgo de Alzheimer en dos tercios.
La toxina botulínica o bótox es un fármaco que se elabora utilizando una toxina bacteriana. Su propósito más común es aliviar la aparición de arrugas y piel flácida, especialmente en el rostro. Sin embargo, las personas también usan estos tratamientos para una gran diversidad de afecciones en una variedad de partes del cuerpo, que incluyen migrañas, espasmos musculares, sudoración excesiva e incontinencia. Estudios anteriores, incluso, encontraron que las inyecciones de esta sustancia podrían ser la clave para una nueva línea de tratamiento para afecciones neurológicas graves, como la enfermedad de Parkinson o para tratar la ansiedad.