CIUDAD DE MÉXICO.-La reforma electoral que busca suprimir al Instituto Nacional Electoral (INE) y los tribunales electorales locales, reducir el financiamiento a partidos políticos y disminuir el número de legisladores en el Congreso, no convence ni a los aliados de Morena.
Las bancadas del PVEM y del PT reprocharon que en la propuesta electoral, a través de leyes secundarias, no se hayan tomado en cuenta sus planteamientos, y obligaron a Morena a posponer una semana la discusión.
Algunos de los temas donde hay diferencias son la reducción de financiamiento a partidos políticos y la eliminación de legisladores, pues los más afectados resultarían los partidos minoritarios, conocidos como chiquillada.
Ignacio Mier, coordinador de Morena , anunció que por «prudencia» el dictamen de reforma se votaría hasta el 6 de diciembre, según un acuerdo con sus aliados del Verde y del Trabajo.
Sin embargo, el coordinador del PVEM, Carlos Puente, y el vicecoordinador del PT, Gerardo Fernández Noroña, desmintieron la versión y coincidieron que el llamado Plan B en materia electoral aún no está listo.
Tan solo ayer diputados del PT presentaron una propuesta de reforma electoral en leyes secundarias con la idea de que los partidos pequeños puedan salvar el registro en la próxima elección; ahí se plantea reponer la figura de candidatura común y añadir el concepto de votación válida emitida en cualquiera de las elecciones.
La fracción petista propone además agregar en la legislación que los partidos políticos podrán postular candidatos bajo la figura de candidatura común.
El coordinador del PVEM, Carlos Puente, admitió que en la coalición oficial (Morena-PVEM-PT) «claramente no» estaba negociada una propuesta en leyes secundarias y que esperaban que sus planteamientos sean considerados.
Por ejemplo, el Verde plantea la posibilidad de transferirse votos entre partidos políticos aliados, a partir de un convenio de coalición, y reducir el financiamiento a partidos, sin desaparecerlo para actividades ordinarias.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que su propuesta de reforma constitucional no alcanzará los votos en el Congreso y admitió que aunque su «plan B» tendrá muy poco alcance está listo para enviarlo este fin de semana.
«Es muy claro que no quieren ninguna reforma electoral porque quieren tener el control de los órganos electorales y el dinero también», dijo respecto a la Oposición.