La teoría geocéntrica postulaba que hasta el Sol giraba alrededor de nuestro planeta junto con los demás astros.
Muy interesante. La teoría geocéntrica, en la que la Tierra el centro de todo, fue formulada por Aristóteles y completada y ratificada por Ptolomeo. En la antigüedad, el modelo geocéntrico propuesto en el siglo II d.C. era con el que todos parecían estar de acuerdo, y hasta la propia Iglesia y el feudalismo aceptaron por buena la teoría, convirtiéndose en el modelo astronómico válido hasta el Renacimiento.
Modelo cosmológico de la antigüedad
El modelo de Ptolomeo fue el primer sistema astronómico que ofreció una descripción completa y detallada de cómo funcionaba el universo. Para los antiguos astrónomos, las estrellas, el sol y los planetas parecían girar alrededor de la Tierra a diario y, desde la perspectiva del observador terrestre, la Tierra no se movía, por lo que sería un punto fijo en el espacio. La Tierra era el centro de todas las cosas; un plano desde el que observar el cosmos en círculos.
Pero antes que él, el primer ejemplo registrado de un universo geocéntrico proviene de alrededor del siglo VI a, época en la que el filósofo presocrático Anaximandro de Mileto propuso un sistema cosmológico donde una Tierra cilíndrica se sostenía en el centro de todo. Mientras tanto, alrededor de la Tierra giraban tres círculos celestes: el del Sol, el de la Luna y el de las estrellas.
Llega la cosmología moderna
Pero alguien luchaba por nadar a contracorriente: y ese hombre era ni más ni menos que el astrónomo polaco-prusiano Nicolás Copérnico (y el llamado Principio Copernicano).
El astrónomo polaco publicó cuando se hallaba ya en su lecho de muerte en 1543 su libro ‘Sobre las revoluciones de las esferas celestes’ («De revolutionibus Orbium Coelestium«, en latín) que representaría exactamente eso: una revolución al cambiar la idea de que la Tierra era el centro del universo; no lo era, era un planeta más girando en torno al Sol, el auténtico protagonista astronómico de nuestro sistema solar. Copérnico trabajó durante muchas décadas en esta obra cuyos primeros ejemplares le llegarían el mismo día que murió (el 24 de mayo de 1543).
Un momento revolucionario
La llamada teoría heliocéntrica revolucionó la visión del hombre respecto a su lugar en el cosmos. Empezaría la revolución científica que dejaba atrás la visión del hombre medieval respecto al mundo: en esencia, que el movimiento nocturno aparente de las estrellas se debía a la rotación de la Tierra y que nuestro planeta giraba alrededor del Sol como el resto de planetas. Había nacido la astronomía moderna.
Su modelo llegó en un momento en que los astrónomos europeos luchaban por resolver los problemas matemáticos y de observación que surgían del modelo ptolemaico del universo entonces aceptado. A partir de aquí, nuestra visión del mundo en el universo provocaría un empuje que se convertiría en piedra fundamental de numerosos estudios posteriores que seguirían revolucionando la ciencia.