¿Una mano fantasma? El telescopio espacial James Webb nos regala una nueva instantánea de parte de la icónica nebulosa del Águila.
Muy interesante. Los Pilares de la Creación se hicieron famosos después de ser capturados por el Telescopio Espacial Hubble de la agencia espacial estadounidense en 1995. Muchos años después, la increíble capacidad infrarroja del telescopio espacial James Webb aporta a la ciencia una visión nueva y más clara de esta zona de formación de estrellas.
La imagen es producto de una vista combinada de los instrumentos NIRCam y MIRIR del Webb. Los pilares son una parte pequeña pero pintoresca de la nebulosa del Águila, que se encuentra a 6.500 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Serpens y cuyos ‘pilares’ son conocidos por ser una fuente de formación estelar.
JWST tiene instrumentos que ven en diferentes longitudes de onda de infrarrojos. El equipo del telescopio lanzó previamente una vista de los Pilares de la Creación de la Cámara de Infrarrojo Cercano (NIRCam) en octubre y luego siguió con una imagen de su Instrumento de Infrarrojo Medio (MIRI).
La última imagen se tomó en luz infrarroja media, que bloquea el brillo de las estrellas para que solo capture el gas y el polvo que fluyen. Esto proporcionó una nueva forma de experimentar y comprender la impresionante formación.
¿Ves ese punto rojo en la imagen?
¿Qué es? La yema del dedo rojo brillante en el segundo pilar es una indicación de la formación de estrellas activas incrustadas en su interior. Esas estrellas son solo ‘bebés’, protoestrellas, y la NASA estima que tienen solo unos pocos cientos de miles de años. Tienen millones de años de formación por delante.
«Esta es una de las razones por las que la región está repleta de estrellas: el polvo es un ingrediente importante en la formación de estrellas», dijo la NASA. «Las estrellas recién formadas son especialmente evidentes en los bordes de los dos pilares superiores; prácticamente están irrumpiendo en la escena».
La imagen contiene un cúmulo estelar joven y caliente, NGC6611, visible con modestos telescopios desde la Tierra, que está esculpiendo e iluminando el gas y el polvo circundantes, lo que da como resultado una enorme cavidad y pilares ahuecados, cada uno de varios años luz de largo.