Fabiola Sánchez
La basura de unos, se ha convertido en el tesoro para don José Espinoza y su familia, quien por años se han dedicado a pepenar en los contenedores de basura, donde han encontrado desde latas de aluminio hasta dinero y celulares.
Don José Rodolfo Espinoza Cano de 72 años de edad, es habitante de la colonia 288, donde humildemente vive junto a su esposa la señora María Virginia Ríos Reyna, su hogar está construido con pedacería de madera, laminas, cartón y hule.
En el humilde hogar que está rodeado de montones de ropa, plásticos y objetos diversos que son recolectados de la basura, vive también dos de los hijos de don José, quienes salen a trabajar desde temprana hora en la obra para ayudar al sustento de sus padres.
Con mucho esfuerzo y pese a su problema de salud visual, don José sale diariamente a recorrer las colonias aledañas para buscar de entre los contenedores aluminio, plástico, ropa y objetos que pueda revender o ser de necesidad en su casa.
A su edad se sigue esforzando para llevar alimento a su esposa, cubrir los pagos de energía eléctrica y medicamentos cuando es necesario, por lo que sale de su hogar con la esperanza de lograr encontrar el tesoro de entre la basura.
Consciente de las carencias que enfrentan, don José aseguró que nada falta en su hogar, ya que son una familia unida y llena de amor, pero como todos él también tiene un anhelo el cual le gustaría cumplir esta Navidad.
“Mi único deseo para Navidad, sería poder conseguir para la atención y tratamiento de mis ojos, ya que la vista es a veces lo que me impide salir a las calles a pepenar para traer el pan y los frijolitos a mi señora”.
Detalló que, desafortunadamente no se encuentra afiliado al Seguro Social, por lo que nunca se ha atendido del problema visual y desconoce la afectación que tiene en uno de sus ojos, pero espera pronto recaudar dinero poder atenderse para recuperar la vista.
El jefe de familia reveló que, una de sus hijas le invitó a pasar la Noche Buena en su hogar con sus nietas, pero él ha preferido quedarse en su humilde hogar, junto a su esposa compartir alimentos que tengan en su alacena.