La exhibición, denominada «Operación en el Mar», se trató de la recreación de una toma simbólica por asalto a la costa, en la que los marinos, equipados con fusiles automáticos de alto poder y camuflajes, mostraron su pericia en caso de tener que enfrentarse al crimen organizado en una de las costas más concurridas del país, y en donde los titulares violentos no cesan.