Tras el reciente escándalo que protagonizó la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum por su desmedida e inoportuna aparición en espectáculos al interior del país, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador volvió a llamar la atención en su conferencia matutina para advertir que el que aspira y juega sucio o actúa de manera ventajosa, o se quiere pasar de listo, no le ayuda, se le revierte, tiene un efecto boomerang.
Así o más claro el llamado de atención para Sheinbaum, y es que el regaño no quedo ahí; AMLO fue severo y recalcó “hay que tener cuidado con los excesos y hay que aprender a autolimitarse y a respetar al pueblo”.
Porque si algo ha dejado claro López Obrador es que no se puede ir contra la Cuarta Transformación por una ambición personal; sin embargo, Sheinbaum parece no tenerlo claro, ella está obstinada en promover su imagen cueste lo que cueste.
En su afán por querer conquistar a los morenistas y al electorado, ha olvidado los tiempos electorales y las reglas del juego al interior de Morena, lo que la colocan en una posición frágil. ¿Será que es momento de descartarla por su exasperada desobediencia?