Por Yuriria Sierra
Cd. Juárez
Ningún día de descanso. Nada de asueto. El 2023 inició fuerte en Ciudad Juárez. Apenas es el cuarto día del año y ya arribaron a esta ciudad fronteriza al menos 300 elementos del Ejército para atender tareas de seguridad. Es punto de cruce de cientos de migrantes, los que esperan por un chance para ingresar a Estados Unidos, pero también de los paisanos que regresan a los trabajos que del otro lado les permiten sostener a sus familias. La dolorosa Cd. Juárez, la de Juan Gabriel, la de su Kentucky Club, el lugar donde se creó la margarita, pero también donde aguardan los cientos de casos de mujeres asesinadas. Hace unos meses, en agosto pasado, esta localidad vivió una de sus peores jornadas de violencia: en muy pocas horas, más de diez personas (incluido un menor de edad) murieron en actos de violencia en distintos puntos de la ciudad. Esa imagen de empleados heridos y atrincherados dentro de una famosa pizzería nos recuerda el país en que vivimos. Todo ocurrió tras un motín en el Penal No. 3, un enfrentamiento entre integrantes de la banda de Los Mexicles y Los Chapos.
Y es en este lugar en el que el año decidió comenzar: la mañana del primero de enero, pasando las siete de la mañana, un comando armado irrumpió, custodios intentaron impedir su ingreso que en la acción de respuesta se aseguraron 27 armas largas, nueve cortas, ocho chalecos tácticos, cuatro vehículos, 84 celulares y varias dosis de diferentes drogas, además se decomisaron más de un millón 700 mil pesos que se encontraban dentro de una caja fuerte instalada en una “celda VIP”, el propio secretario de la Defensa Nacional no pudo confirmar la razón de ese dinero en ese lugar: “No sabemos si es producto de las drogas que ahí se encontraron…”, expresó Luis Cresencio Sandoval.
A nadie causaría sorpresa saber que dentro de ese centro de reclusión las “autoridades” trabajen del lado de las bandas criminales: “Habían logrado pasar armas largas por la aduana vehicular. Tenían todo a su favor: entre otras cosas, un centro de reclusión sin tecnología, sin recursos, sin equipamiento y con una planta de 70 personas por turno, que deben repartirse para custodiar 14 torres, diversas áreas, y a 3,962 personas —el doble de las que permite la capacidad del Cereso—…”, contó ayer Héctor de Mauleón. El “mérito” es del grupo Los Mexicles y su líder, un hombre apodado El Neto, condenado a 224 años de prisión por delitos de secuestro y homicidio, purgaba condena en ese lugar. En pasado, sí, porque fue uno de los 30 reos fugados tras el motín. Una acción orquestada con premeditación: era día de visita, generar disturbios en el penal y en puntos cercanos, sería un distractor para las fuerzas de seguridad. El escape de El Neto y otros presos, treinta en total, sería algo mucho más sencillo. Y así fue.
Día 4 de 2023 y ya tenemos el registro de una de las más tristes y violentas jornadas, una ciudad y la demostración del alcance del crimen organizado. Aun así, ayer por la mañana volvimos a escuchar al inquilino de Palacio: “La estrategia nacional de seguridad ha dado resultados…”.