MONTERREY, NL.-Ranchos fantasma despuntan en el horizonte alrededor de la Carretera a Colombia, al norte de Nuevo León, como saldo de la narcoguerra que se vive en esa zona.
Una de estas propiedades es El Palmar, en la brecha «A El Toro Gabacho», de la comunidad de Los Villarreales, en Salinas Victoria.
Sicarios de una narcocélula del Cártel del Noreste (CDN) se apoderaron del lugar el 2 de enero y plagiaron a tres hombres y a una mujer que trabajaban en el rancho.
Tras el plagio, cientos de policías y un helicóptero de Fuerza Civil se movilizaron para enfrentarse con los delincuentes, en un tiroteo que dejó como saldo a tres policías muertos, dos pistoleros abatidos y cinco detenidos.
Decenas de marcas de balas en la fachada de uno de los cuartos dan cuenta de la guerra que se libró entre sicarios y policías, según constató Grupo REFORMA en un recorrido ayer.
Como si esperaran el regreso de sus dueños, dos perros salen al escuchar el sonido de los pocos autos que pasan por la brecha.
Más adelante están los ranchos «El Pujido» y «El Toro Gabacho», que también están en el abandono.
El terror en las comunidades rurales se disparó tras el asesinato, el 5 de enero, de Gustavo Levy, de 85 años, y su chofer, Omar de la Garza, de 73, por sicarios que se apoderaron de «La Rumorosa», el rancho del ganadero ubicado al pie de la Sierra de Gomas, en Villaldama, a unos 35 kilómetros de El Palmar.
Ante la posibilidad de que otras propiedades sean tomadas por el crimen organizado, el patrullaje se ha reforzado, pero, tras el recrudecimiento de la violencia, empresarios agropecuarios advirtieron que evalúan cerrar sus ranchos hasta sentirse seguros.