Por José Manuel Luna Lastra (QEPD)
Parte 2 de 2
Una vez que el Gral. de León hubo asignado terrenos para iglesia y autoridades, procedió a repartir entre sus principales colaboradores el resto de los predios que rodeaban a la plaza mayor, reservando la parte poniente para Palacio y Oficinas del Gobierno de la Provincia, Cuerpo de Guardia, Cuartel de la Compañía Presidial, y Capilla Castrense. La cuadra oriente la repartió entre don Pedro del Bosque que quedó al sur y don Gregorio de Salinas Varona, al norte. Don Gregorio fue un hombre muy valioso para la Corona Española y a el le debemos el trazo de la planta original de Monclova. Fungió además como gobernador substituto en el período de 1693 a 1698.
La cuadra al lado sur de la plaza, también fue dividida en dos partes, tocándole a don Rodrigo Flores de Valdés el lado poniente, y a don Felipe Jiménez el extremo oriental. Ya hemos dicho que don Alonso de León se reservó para su propiedad la contra esquina de la plaza situada al noroeste. Por muchos años, efectivamente, ahí estuvo una casa que supuestamente fue la morada de don Alonso. Por un error la placa que señalaba ese lugar está colocada en los muros del edificio vecino.
La contra esquina situada al noreste de la plaza, fue asignada al Capitán don Diego Ramón quien sustituyó a don Alonso en la gubernatura de la Provincia desde el 25 marzo 1691, hasta el 31 diciembre en que le fue expedido despacho de propietario, continuando en el desempeño del cargo hasta el 28 junio 1698. A don Miguel Flores de Valdés le correspondió la contra esquina situada al sureste de la plaza, mientras que la suroeste le correspondió a don Miguel Ponce.
Como se puede advertir, dentro de los más destacados fundadores de Monclova, se encuentran los Bosque, los Flores y los Ramón, cabezas de antiquísimas e importantes familias de nuestra comunidad.
El doctor Ramón en su obra citada afirma que -«parte de esas propias manzanas y las restantes en que quedó dividida la población, fueron adjudicadas a los demás pobladores en la forma y modo que constan en el plano que levantó el geógrafo y matemático, don Gregorio de Salinas Varona, cuya copia existe en el Archivo General de la Nación adjunto al expediente respectivo.»-
El doctor Ramón proporciona mucha información en detalle de estos y otros muchos aspectos relacionados con el origen de nuestra población que deben ser verificados de alguna manera pues, aunque suenan factibles y muchas veces coincidentes con la tradición oral, es necesario llegar a la certeza absoluta y esto solo es posible lograrlo con testimonios documentados. Disfruto enormemente cada vez que leo una descripción como la que hace de las Casas Consistoriales que no resisto la tentación de compartírselas.
Dice el Dr. Ramón que -«Las casas consistoriales, como se dijo, estaban separadas de la Iglesia Parroquial por un pasillo estrecho, dando frente a la «Plaza Mayor», y por el poniente, calle de por medio, a la casa particular del señor Gobernador. La sala y demás piezas estaban techadas con morillos y carrizos y por dentro y fuera enjarradas con cal y arena. En el frente sur que daba a la Plaza y en su parte media estaba el zaguán con un gran portón claveteado con chapetones de metal, comunicando a la derecha con la Sala de Cabildo que tenía tres ventanas de madera torneada de mediana altura y sin volados y una puerta lateral que comunicaba con el patio interior; y a la izquierda con otro gran salón que llegaba hasta la esquina de la cuadra, dividido en dos por un tabique de adobe y con tres ventanas que también daban a la Plaza, del tamaño y forma de las anteriores y dos puertas que comunicaban con el patio de adentro. Embutido en la pared que quedaba a la izquierda y contiguo al zaguán, estaba un armario grande que servía para guardar el archivo y cosas de interés. El mobiliario de la Sala de Acuerdos del Ayuntamiento consistía en una mesa grande de pino con una carpeta de franela roja con cuatro sillas grandes con asientos de cuero de res bien restirado, para el Alcalde, Regidores y Alguacil y otro asiento más mediano y sin brazos para el Secretario; dos bancas largas de madera con brazos, también y respaldos con resaques y molduras labradas; y un armario bastante grande para guardar cosas de valor o de importancia. En el fondo del patio interior estaba una sala larga con una sola puerta de rejas fuertes y varias ventanillas o claraboyas altas resguardadas con barras de fierro puestas en cruz. Ese gran salón era la Cárcel de Corte en uno de cuyos cabezales, el del oriente, estaba un gran aparato de madera llamado «sepo» que lo formaban dos largas y pesadas vigas superpuestas, la inferior fija y bien asegurada al suelo tenía en cada uno de sus extremos un barrote grueso donde se encajaba y corría la viga superior por medio de dos agujeros que correspondían perfectamente con los barrotes pudiendo subir o bajar según conviniera. Ambas viguetas tenían muescas o mochetes que se correspondían en forma de semicírculos, unos más grandes para el cuello y otros más pequeños para el antebrazo y pantorrillas. Contiguo a la Cárcel y siempre en el fondo, había unos portales medianos que hacían el oficio de caballerizas»-.
De acuerdo con la información de que disponemos y con las reservas del caso, se puede asumir que más o menos así surgió nuestra ciudad, continuando, desde entonces, con un desarrollo lento pero sostenido. Por fortuna se dispone de documentos muy importantes que nos pueden dar alguna luz sobre los orígenes de nuestra población tales como censos, libros parroquiales y otros testimonios no menos importantes que datan casi de la época de su fundación. Es cuestión de irles dedicando tiempo y cariño.
~
Contribución de la obra de José Manuel Luna Lastra (QEPD), por parte de sus amigos socios Arqueosaurios ~ Arnoldo Bermea Balderas, Juan Latapi Ortega, Francisco Rocha Garza, Luis Alfonso Valdés Blackaller, Oscar Valdés Martin del Campo, Ramón Williamson Bosque & Willem Veltman.
Envíanos sus comentarios y/o preguntas a: [email protected]
