Armando López, tiene más de 20 años de experiencia en labores de rescate en aguas rápidas, en recuperación de cuerpos y en estructuras colapsadas, este hombre ha tenido experiencias que lo han puesto al borde de la muerte, pero ni eso ha mermado su deseo de apoyar.
Inspirado en su padre, desde pequeño tuvo la inquietud de formar parte de los cuerpos de rescate y hoy es el único elemento muzquense certificado para participar en estas acciones de salvamento por parte de la Brigada Internacional de Rescate Topos Azteca (BIRTA); institución fundada en 1985 y a la que él se sumó años después.
Desconoce el idioma, pero no lo que debe hacer, ya que frente a edificios colapsados y gente atrapada, se debe ingresar con cuidado entre los escombros para no quedar atrapado, “y tener el oído muy agudo para escuchar si existen personas con vida” señala.
Este coahuilense lamenta que no haya más gente preparada para labores de rescate de este tipo y se dijo listo para las largas jornadas que le esperan, ya que en su experiencia pueden pasar hasta 36 horas sin dormir, buscando salvar vidas.
López Guerrero no ha dudado un segundo cuando se requiere su ayuda, y el mismo empeño lo ha puesto, tanto en los sismos de Oaxaca y Ciudad de México de 2017, como al año siguiente en el siniestro del Volcán de Fuego, en Guatemala, que mató a 25 y obligó a evacuar a 3 mil personas.
Con esa pericia a cuestas y el temple que ha forjado a lo largo de los años, Armando López ahora enfrentará la más grande tragedia de su vida en Turquía y Siria, por los sismos que han matado a seis mil personas.