Por Wendy Riojas
El caso de la mujer que fue calcinada por su pareja en la Ciudad de Saltillo, revivió dos hechos similares que sucedieron en la región durante 2 años consecutivos, el primero en la Ciudad de Monclova y el segundo en Ciudad Frontera.
El primer hecho sucedió el 2 de julio del 2014 en la Colonia Pedregal de San Ángel, en el sector oriente de Monclova, cuando Nicolás de la Rosa Galaviz, roció con gasolina a su esposa Yirna Yaneth Rábago de la Cruz después de que ella le pidió el divorcio.
La joven mujer, falleció tras sufrir 10 días de agonía en una clínica del IMSS en Monterrey, Nuevo León, a causa de las quemaduras, ya que, al momento de prenderle fuego está se encontraba dormida.
Su agresor, Nicolás Galaviz fue capturado en el ejido Estación Hermanas, donde se encontraba con familiares, y fue sentenciado por el tribunal de juicio oral a 50 años de prisión por la muerte de Yirna.
El segundo hecho sucedió el 5 de abril del 2015 en la Colonia Bellavista de Frontera, cuando Karla Yuvisela Sánchez Montañez de 21 años fue rociada con gasolina y posteriormente quemada por su pareja Juan Carlos Montejano Castro, de oficio bolero.
De acuerdo a la información, mientras dormía, el bolero la roció con gasolina y le prendió fuego con un cerillo, causándole quemaduras de segundo y tercer grado en más del 70 por ciento de cuerpo, por lo que fue trasladada a la unidad de atención a quemados en la clínica 21 del IMSS.
Lamentablemente la joven mujer falleció días después a consecuencia de las quemaduras de 3 grado provocando conmoción entre los habitantes de Monclova y la Región Centro por el feminicidio.
Sin embargo, en la primera y única vez que habló en su juicio, Juan Carlos Montejano Castro, mencionó: “Nunca planeé matarla, yo la quería, me trataba como rey, me vestía de pies a cabeza, me compraba “mota”, “coca” y cerveza, tampoco quería desfigurarla, todo fue un accidente”.
Ahora un hecho similar se vivió en la Ciudad de Saltillo en el que una mujer identificada como Ericka de 40 años fue encontrada sin vida en una vivienda ubicada sobre la calle Miguel Cárdenas en la colonia Bellavista en Saltillo.