Por Yuriria Sierra
“Gracias a mí”
Nuestro sistema político está constituido a partir de esa separación. No es ningún favor que entre Poderes respeten su autonomía. Es su obligación, faltaba más.
“Es importante la separación de Poderes. O sea, ustedes imaginan el cambio que significa. O sea, la señora presidenta de la Corte —para hablar en plata— está por mí de presidenta (…) Ah, ah, ah, sí, porque antes, antes el presidente ponía y quitaba a su antojo al presidente de la Corte…”, cita textual de Andrés Manuel López Obrador durante la conferencia en Palacio Nacional de este miércoles.
Cuántas aristas para una sola declaración. En efecto, hoy más que nunca la separación de Poderes es una cualidad que valoramos todos. ¿Se imaginan un país en donde una persona decidiera lo que deben encauzar otros brazos del Estado? Nuestro sistema político está constituido a partir de esa separación. No es ningún favor que entre Poderes respeten su autonomía. Es su obligación, faltaba más. Particularmente en esta coyuntura, es justo esa separación lo que alimenta la certidumbre y fortaleza en las instituciones.
Norma Lucía Piña, ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, llegó al máximo puesto del Poder Judicial porque su trayectoria la respalda. Su elección fue reconocida y muy bien recibida por asociaciones y grupos expertos en asuntos de impartición de justicia y derechos humanos. Su llegada no fue gratuita, mucho menos a partir de un gesto de no injerencia. Aunque el Presidente no ha reparado en recordar que la ministra ha votado en contra de las resoluciones a proyectos de la 4T, como la reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, cambios a la Ley Federal de Austeridad Republicana o Ley de la Industria Eléctrica. Como si el ejercer su cargo de manera autónoma, cualesquiera que sean sus posturas, restara mérito a su labor.
“La independencia judicial no es privilegio de los jueces, es el principio que garantiza una adecuada impartición de justicia para hacer efectivas las libertades y la igualdad de las y los mexicanos…”, expresó justo la ministra presidenta durante su participación en la conmemoración de un aniversario más de la Constitución, ese evento en Querétaro que incomodó a la vocería de Palacio Nacional por un protocolo que a sus ojos no se cumplió. Sin embargo, el testigo de lo ocurrido está ahí, al alcance de todo quien tenga acceso a internet: no hubo falta de respeto alguna, aunque también quedó de manifiesto el acomodo de última hora que hicieron para rodear al Presidente de sus cercanos, dibujando una postal distinta a la de los años anteriores.
“Me dio mucho gusto porque se notó, yo creo que porque estaba cansada o no quiso pararse la ministra de la SCJN, pero me dio muchísimo gusto porque eso no se veía antes, los ministros de la Corte eran empleados del Presidente…”, expresó López Obrador el lunes siguiente de la polémica, porque todo ocurre a partir de él. Gracias a él, afirma, el disenso tiene oportunidad en la escena pública del país. Gracias a él y no a la división de Poderes ni a las estructuras del Estado. En su óptica, todo gira alrededor suyo…