CIUDAD DE MÉXICO.-El Ejército llega hoy a su día haciendo de todo. pero con la cartera llena.
Además de operativos contra el narcotráfico y hasta la vigilancia del Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México, los integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han sido empleados en este sexenio para la construcción de aeropuertos (Santa Lucía, Tulum y Campeche), el Tren Maya, 249 cuarteles de la Guardia Nacional, 2 mil bancos del Bienestar, dos canales de riego en Nayarit y un acueducto en Campeche.
También construyen seis hoteles en la ruta del Tren Maya, un hospital en Cuajimalpa y obras propias proyectadas como un Centro Gerontológico Militar, un alojamiento para mujeres y hombres de la Banda de Música de Ia Comandancia del Ejército Mexicano, sucursales bancarias en diversas Zonas Militares y una Unidad Habitacional para sus soldados en Santa Fe, con 6 edificios multifamiliares, entre otras.
Asimismo, 13 mil militares resguardan 21 Aduanas, unos 4 mil ductos e instalaciones de Pemex, 900 se hace cargo del resguardo de complejos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), un centenar de instalaciones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y Caminos y Puentes Federales (Capufe) y más de 2 mil vigilan aeropuertos del interior del País.
Los militares han estado presentes en la vigilancia del Centro Nacional de Control de Gas Natural, en el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, en Aeropuertos y Servicios Auxiliares, así como en el traslado de reos de alta peligrosidad.
En el tema del huachicol, el Ejército apoya en el Plan de Transporte en Apoyo a Pemex con 637 autotanques que cubren 11 rutas de abastecimiento y vigilan 11 ductos prioritarios para el traslado de hidrocarburos en Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo, Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Michoacán y Puebla, además de que casi 2 mil elementos se hacen cargo de la vigilancia del territorio y el espacio aéreo nacional.
En sus Fábricas de Vestuario y Equipo, las máquinas ya bufan del desgaste por la producción constante de uniformes propios y de los efectivos de la Guardia Nacional, además de millones de mascarillas por el Covid-19.
Para cumplir esas misiones, el Ejército ha sido arropado con recursos para la compra de insumos y contrataciones.
En los primeros cinco años del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2013-2017), la Sedena recibió 338 mil 976 millones de pesos, en contraste con los 516 mil 273 millones en los cinco años de Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda. Es decir, en el actual Gobierno se han destinado 52 por ciento más recursos.
En promedio, un 87 por ciento de esos recursos van para gasto corriente, es decir, para servicios personales (sueldos o haberes) y gastos de operación.
En este sentido, el Ejército fue dotado con otras fuentes de ingreso, por ejemplo, el Fideicomiso Militar de Administración y Pago de Equipo que, al cierre de 2022, tenía un saldo de 42 mil 334 millones de pesos.
Sólo en 2019 la Sedena recibió en ese fideicomiso 21 mil 487 millones de pesos; al siguiente, 27 mil 407 millones; en 2021, 50 mil 315 millones, y en 2022, 9 mil 443 millones, de acuerdo con cifras de la dependencia castrense.
Por ejemplo, en 2018, el Gobierno dio a la Sedena mil 189 millones de pesos y en 2017 apenas 852 millones de pesos, por lo que la 4T elevó por mucho las aportaciones a ese fideicomiso.
Con este Fideicomiso, la Sedena gastó 56 mil millones de los 74.5 mil millones de pesos para la construcción del Aeropuerto Internacional «Felipe Ángeles» y, según la Auditoría Superior de la Federación, identificó omisiones en la contabilidad del fideicomiso y falta de transparencia en las compras de la mencionada obra prioritaria.
Con los recursos de ese mismo fideicomiso, la Sedena busca comprar, por ejemplo, 6 mil 509 patrullas y camionetas tipo pick up para la Guardia Nacional (GN) por alrededor de 8 mil 100 millones de pesos.
La Sedena cuenta con otros tres fideicomisos: uno, de Apoyo a Deudos de Militares Fallecidos; otro, a Favor de los Hijos del Personal Adscrito al Estado Mayor Presidencial y, uno más, para el Pago de Pensiones y Compensaciones. En conjunto, suman unos 2 mil 200 millones de pesos.
El Gobierno federal y las Fuerzas Armadas tienen además bajo su control una bolsa discrecional de 113 mil millones de pesos del fideicomiso aduanero. De acuerdo con documentos de la Sedena, obtenidos por el grupo de hackers Guacamaya, el Gobierno federal planea gastar esos recursos en el Fideicomiso para Administrar la Contraprestación del Artículo 16 de la Ley Aduanera (FACLA).
La Sedena tiene además otros 17 mil 154 millones adicionales para modernizar aduanas en ocho estados.
Históricamente, el FACLA, que existe desde 2004, ha llegado a recibir entre 20 y 25 mil millones de pesos anuales, lo que significa que entre 2022 y septiembre de 2024 –cuando terminará este sexenio– podría acumular unos 70 mil millones de pesos, adicionales al saldo previo, bajo control de la Defensa Nacional.
Con esto, la institución está a cargo de la empresa Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca, Maya, Mexica S.A. de C.V. que administra el AIFA, el Tren Maya y el nuevo aeropuerto de Tulum.
Pero se va a agregar también el manejo del aeropuerto de Campeche y la aerolínea Mexicana de Aviación, luego de que en enero la Federación pagó 816 millones de pesos por la marca de esa empresa en quiebra y unos activos chatarra.