Por Wendy Riojas
Este domingo la iglesia católica recordó la transfiguración de Jesús; acontecimiento que nos recuerda que la pasión es el camino hacia la resurrección y que, lo que vale la pena se alcanza con dedicación, perseverancia y resiliencia.
Durante la homilía, el párroco Juan Francisco González, mencionó que la cuaresma es el tiempo en que los cristianos se hacen acompañar de los más cercanos, como lo hizo Jesús cuando llevó a Pedro, Santiago y Juan a la cima de un monte alto para orar.
Dijo que al estar Jesús orando descendió sobre él la gloria de Dios, su rostro brilló y se le aparecieron Moisés y Elías, dos profetas del Antiguo Testamento, quienes hablaron de su próxima muerte y resurrección.
Explicó que Jesús se transfiguró y se volvió radiante sobre una montaña, hecho que viene a enseñarnos que vamos a pasar por momentos dolorosos pero al final estará la luz, la gloria y la resurrección.
El párroco mencionó que Jesús les dio una probadita del cielo a sus apóstoles, ya que, sabía que lo juzgarían, castigarían y matarían, y por ello, los hizo subir un monte elevado y les mostró la gloria de Dios.
Y en su mensaje, declaró: “Jesús es un gran pedagogo. Es el maestro de toda la historia que viene a enseñarnos a cada uno de nosotros cual es el camino de la salvación, el camino de la vida, quiere mostrar que la gloria se alcanza en el sufrimiento”.
El párroco dijo que el éxito requiere de mucho esfuerzo, por lo tanto, pidió a los feligreses que no se desanimen cuando vengan los días de mucho dolor, que se mantengan firmes, porque solo así llegarán a la cima.
“Subir aquel monte no fue fácil, pero, estar en la cima es maravilloso. Lo que vivirá Jesús no será fácil, la semana santa está próxima, donde celebraremos su pasión, muerte, pero, al final llegaremos a la cima de la resurrección”.