A pesar de que existen otros factores, se encontró una correlación entre el bienestar emocional y los ingresos anuales
El dinero sí brinda felicidad… al menos en cierta medida, de acuerdo con un estudio publicado en la revista científica estadounidense PNAS y elaborado por los investigadores Matthew A. Killingsworth, Daniel Kahneman y Barbara Mellers, el cual fue citado recientemente por The Washington Post.
En dicho trabajo, Killingsworth, académico de la Universidad de Pensilvania, afirma que se observó una correlación entre el bienestar emocional de una persona y sus ingresos, la cual se presenta incluso más allá de los 200 mil dólares de ingresos al año, es decir, unos 3.6 millones de pesos mexicanos.
Lo anterior contrasta con una investigación de 2010 realizada por Kahneman, ganador del premio Nobel de Economía en 2002, quien había descrito un límite al incremento en felicidad, el cual se presentaría en torno a los 75 mil dólares —1.3 millones de pesos—, según recoge el medio citado.
¿Cómo se estudió la relación entre dinero y felicidad?
Para este nuevo estudio, Kahneman, Killingsworth y Mellers reclutaron a más de 33 mil empleados estadounidenses, a quienes solicitaron datos relativos a sus ingresos. Luego les preguntaron cómo se sentían, esto a través de sus smartphones, 3 veces al día, durante varias semanas, y con un espectro de respuestas desde «muy mal» a «muy bien».
Los resultados mostraron que, para la mayoría de las personas, la felicidad aumenta junto a los ingresos y sigue haciéndolo incluso en los rangos más altos, lo cual apunta a que tener más dinero puede brindar mayor alegría.
No obstante, también se encontró que existe una «minoría infeliz» —un 20% de los participantes—, «cuya infelicidad disminuye conforme aumentan los ingresos hasta un límite, y después se detiene el progreso».
Estas personas, explican los investigadores, pueden estar atravesando por «miserias» que no se resuelven a través de mayores ingresos, tales como una ruptura, la pérdida de un ser querido, o incluso una depresión clínica, entre otros factores que afectarían su estado de ánimo.
El dinero no es el único factor que genera felicidad
A pesar de los resultados, Killingsworth aclaró que el dinero no lo es todo; se trata solo de «uno de los varios determinantes de la felicidad». Asimismo, afirmó que el ingreso afecta de forma distinta a cada individuo, todo esto según rescata el Washington Post.
Asimismo, explica que quienes se encuentran hasta abajo en la distribución de dinero y felicidad ven incrementos mucho más rápidos a su bienestar emocional respecto a los que se hallan en la cima.
No obstante, entre las reacciones en redes sociales se encuentran comentarios como: «llorar en un yate siempre se sentirá mejor que llorar en una choza».