Gloria Jaramillo
La familia directa del ingeniero Cruz Alberto Romero, quien se quitó la vida a principios de esta semana, ordenó que su funeral fuera de carácter privado, con medidas restrictivas para evitar el ingreso de la ex esposa, Virginia y familia política, al considerar que falsearon versiones de los hechos, que provocaron una “masacre mediática”.
En una funeraria ubicada en la colonia El Pueblo y únicamente con la presencia de su madre, Ana María Romero, sus tíos, primos y sobrinos, se llevó a cabo la despedida de Cruz Alberto, a quien luego le oficiaron una misa de cuerpo presente en la iglesia Sagrado Corazón de la colonia Primero de Mayo, para posteriormente trasladarlo al panteón Guadalupe y darle cristiana sepultura.
En medio de una escena desgarradora, Cruz Alberto fue recibido en lo que sería su última morada. Aquí tampoco se tuvo la presencia de la ex esposa.
Antes había trascendido que Virginia acudió a la Fiscalía exigiendo ver el cuerpo de Cruz Alberto y reclamando su entrega, lo cual no le fue concedido. Al igual reclamó la entrega de la flamante camioneta Avanza de Toyota que Cruz Alberto había estrenado apenas hace 6 meses, sin embargo ésta sigue asegurada por asuntos de investigación.
Sumamente dolida por el tratamiento que se le dio a este hecho, donde una legión de “justicieros” en redes atacaron inmisericordemente a la madre de Cruz Alberto y a él mismo sin conocer su versión de la historia con su esposa, la familia sigue orando por la paz y el eterno descanso de su ser querido.
La muerte de Cruz Alberto fue el desenlace de la agresión con arma blanca que sufrió Virginia el pasado domingo, en el domicilio que ambos compartían en el fraccionamiento Carranza.