Que se pongan las pilas Ebrard y Sheinbaum porque su soponcio ya les está cobrando factura. Entre sanciones del TEPJF y una desbandada brutal de muchos militantes que no se sienten representados.
Aceptémoslo: la militancia de Morena se irá a quien más se le parezca al presidente, y Ebrard y Sheimbaum, en ese combate, quedan en la vergüenza.
La cosa se pone buena porque el que sí se parece al presidente (que hasta compadres son) ya dijo que sí, que sí quiere ser presidente, y lo hizo con la elegancia, prudencia e inteligencia que le ha faltado tanto al canciller y a la jefa de gobierno.
Adán Augusto López ya está mostrando la carrocería, y no es sorpresa afirmar que esa carrocería es mucho, pero mucho más potente de lo que muchos imaginan.