Si disfrutas de una buena taza de café hecho con cápsulas debes tener cuidado en no excederte, podría no ser lo mejor para tu salud.
El financiero. Una forma rápida de preparar el café que ha tomado popularidad entre los amantes de la cafeína es la presentación en cápsulas, que ofrece beneficios a los consumidores gracias a sus variedades en sabores y marcas.
La cremosidad que puede aportar cada taza, sus sabores intensos y el hecho de que facilitan hacer bebidas frías las han hecho ganar adeptos en los últimos años; también han salido al mercado novedosas máquinas para prepararlos.
Sin embargo, uno de sus principales contras es que suelen ser más caras que otras formas de disfrutar de tu cafecito para tener un poco de energía extra. Su consumo en exceso podría ser dañino para tu salud, por lo que te contamos las razones por las que te recomendamos que sea moderadamente cuando las elijas.
¿Por qué pueden ser dañinas las cápsulas de café?
De acuerdo con un estudio del Departamento de Química de la Universidad de Barcelona, las cápsulas de café comerciales que puedes encontrar en los supermercados mostraron una mayor concentración de furano (entre 117–244 ng/ml), una sustancia química que podría provocar la aparición de células cancerígenas o generar daño hepático.
La razón es que en ellas se “encierran de forma hermética el furano (altamente volátil) y no puede liberarse para reducir el daño”, se explica. Esto quiere decir que si se expone al aire libre -tal con una maquina convencional de café molido- puede favorecer a su eliminación.
Aunque la mayoría son reciclables, tienen un impacto en el medio ambiente. Generalmente se coloca café molido con una fórmula láctea en materiales de aluminio o plástico, este último podría contener bisfenol, lo que afectaría tu sistema endócrino.
Además, en muchas de ellas aparecen los sellos debido a que pueden contener altas cantidades de azúcar, más que una dosis en otra composición, lo que también se transforma en calorías que tu cuerpo absorbe.