Por Wendy Riojas
En el marco de la Fiesta de la Divina Misericordia, la Iglesia Católica, pidió a la feligresía pedirle a Dios que toque los corazones de las autoridades, empresarios y accionistas de la empresa Altos Hornos de México, quienes aseguran ‘no tienen temor de Dios ni de la Virgen de Guadalupe”.
En la homilía del domingo, el párroco José Eduardo Neri Frías, mencionó que los empresarios prefieren sacrificar a los trabajadores y a sus familias y que eso, no habla bien de una empresa que se jactó-en toda su historia-del amor hacia la Virgen de Guadalupe.
Al iniciar la misa mencionó que en el proyecto de Jesús hay comunión, fraternidad, unión, perdón y reconciliación, y en el proyecto del mundo, no existe la comunión ni la fraternidad, sino el interés de unos cuantos y la avaricia de los poderosos.
Así como la indiferencia y la indolencia de quienes pueden hacer algo por los demás no lo hacen y siguen acrecentando sus ganancias, sus posiciones y su poder por encima del bien de las personas.
Y mencionó que es importante pedir la iluminación del Señor para saber cómo enfrentar la crisis que se desarrolla en la región centro con relación a la empresa Altos Hornos de México, la cual, se encuentra paralizada.
Y destacó la importancia de pedirle a Dios que toque los corazones de las autoridades, de los empresarios y los accionistas, de quienes depende la solución a la situación de la empresa Altos Hornos de México.
Y mencionó: “No tienen en su corazón temor de Dios, ni tienen fe como la tiene nuestro pueblo. No tienen deseo sincero de amar y servir. Porque eso implicaría un cierto sacrificio que no están dispuestos a hacer. Prefieren ver sacrificados a los trabajadores y a sus familias”.
Y añadió: “Eso no habla bien de una empresa que se jactó (toda la historia) de ser una empresa consagrada a la Virgen de Guadalupe, que hacían sus misas, todo mundo hacía sus altares, todo mundo hacia sus elogios a la Virgen”.
Y aseguró que la Virgen no puede estar contenta con la actitud de las autoridades y de los empresarios y tampoco con cualquier ánimo de desaliento de sus hijos, de la comunidad, ni ninguna acción que vaya en contra de la dignidad de ninguno de los actores de esta situación.
Y señaló: “Cualquier acción, cualquier actitud, cualquier sentimiento contrario a la reconciliación, a la esperanza, al bien común y a la comunión fraterna va en contra del ideal que el espíritu de Jesús resucitado quiere para nosotros”.
El párroco pidió seguir creyendo en la esperanza, la confianza, el dialogo y el respeto, para que el espíritu mueva y sople sobre los corazones de las autoridades y accionistas que parece que no quieren abrirse a Dios, a su santo temor, ni a la fuerza del Señor presente en medio de su pueblo.
Cabe mencionar que ayer en el primer domingo después de Pascua, la iglesia católica, celebró el Domingo de la Divina Misericordia, que es el último día de la octava de Pascua y que en 2023, esta fiesta es el 16 de abril.
El objetivo de esta Fiesta es hacer llegar a los corazones de cada persona el mensaje de que Dios es Misericordioso y que ama a todos, como lo hizo con sus apóstoles luego de ser crucificado.