Por Victor M. Narváez García
“Pobre nación mexicana, que mala ha sido tu suerte, tus hijos todavía quieren, más en la desgracia verte”. (Ignacio López Tarso).
Y arrancan!, estamos en medio de un vendaval de “información” dizque para darnos a conocer a los diferentes candidatos a la gubernatura y curules (diputación).
No habrá que ser adivino o mago para vislumbrar lo que está por llegar, un desfile de mítines, calcomanías, “spots”, anuncios espectaculares, caravanas y todo lo que pueda servir de anuncio, lo más rescatable tal vez sea uno o dos debates entre contendientes.
Pero la triste realidad es que estas campañas sirven para dar a conocer la imagen de tal o cual aspirante y esto en el mejor de los casos ya que a veces sirve solo para desacreditar a sus oponentes.
¡Vaya forma de despilfarrar nuestro dinero!, en lugar de profundizar en forma y contenido su candidatura o plataforma política, se limitan a gastar dinero y energía solo para generar una buena imagen, desde motes populacheros, frases llenas de esperanza, acercamientos con el pueblo o lo más reprobable intentar ganar adeptos “ensuciando” la imagen del contrincante político.
Y todo lo anterior se fundamenta por que por ningún lado se ve como le van a hacer a lo que proponen, es decir son muchos “que” y pocos o ningún “como”, con lo que convierte las campañas políticas en meros actos de la farándula.
¿Porque tanto gasto en imagen?, alguien dirá “es para darse a conocer”, “quien no enseña no vende”, muy cierto, pero que pasa con la siguiente frase, “por sus hechos los conoceréis”, de lo anterior podemos deducir que si no los conoce el pueblo será porque no han hecho gran cosa.
Es irritante y hasta ofensivo ver las calles llenas de propaganda alusiva a fulano, zutano y perengano ya que ese dinero gastado en anuncios pudiera ser mejor invertido, de poco nos va a servir como ciudadanos tanto derroche de recursos en saleros, mandiles, termos y trípticos, que para acabarla de amolar en poco tiempo hasta contaminación va a generar en nuestra ciudad dicha propaganda.
Está más que claro que muchos están viendo un gran negocio en la política, de tal forma que arman partidos políticos sin ton ni son, es decir no se tiene una filosofía de partido, solo quieren una tajada del dinero a repartir, algunos están aprovechado el termino democracia para beneficiarse.
Por definición la finalidad de un partido político es darle opciones al pueblo de elegir un proyecto de gobierno, pero mal sabor de boca nos deja que ciertos “partidos políticos” (o militantes) andan de “banderas”, es decir se acoplan con quien más les convenga, al grado de que en una elección se adhieren a la derecha y en otra a la izquierda.
Con ese proceder realmente no cumplen con la finalidad de un verdadero partido político, no tienen proyectos que ofrecer al pueblo, por lo que no es difícil determinar cual debería ser su futuro.
Habrá que revisar y generar un nuevo esquema para las campañas políticas, está más que claro que el actual formato es demasiado costoso y solo se explota la mercadotecnia y la imagen, sin profundizar en su proyecto de trabajo y convierten en una lista de buenos deseos su “plataforma” política.