Yuriria Sierra
Tercer contagio
Ésta ha sido la administración más expuesta en las últimas décadas. Y no me refiero a ejercicios de transparencia, porque eso claramente no es así, más bien lo digo en términos de la imagen presidencial: todos los días, la figura de Andrés Manuel López Obrador ocupa varios titulares, propios de cualquier jefe de Estado, pero también muchos más como eje rector de la conversación. El Presidente lo informa todo, no importa el tema del que se trate, él es quien expresa o detalla información. Y todo se dice desde Palacio Nacional, en ese ejercicio que, si bien ya había ejecutado durante sus años en la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal, con el inicio de su mandato federal, señaló que sus conferencias matutinas serían un ejercicio de rendición de cuentas. Desde luego, sabemos que, al tiempo, éstas quedaron reducidas a un vehículo propagandístico. Con estos antecedentes, resulta sumamente extraño que cada que hay un evento en el que la comunicación y la información debe ejercerse con pulcritud, ocurran desafortunados incidentes como el sucedido el domingo por la tarde respecto al tercer contagio de López Obrador de covid-19.
Al mediodía, el Diario de Yucatán informó que López Obrador, quien se encontraba de gira en la entidad, había sufrido un desvanecimiento. Una hora después, el vocero del gobierno de México le aclaró a El Universal que esto era falso, que nada pasaba con la salud del Presidente y que seguiría su agenda como estaba marcada. Aquí pudo terminar este asunto, sin embargo, casi dos horas después, el periódico local detalló su primera información: López Obrador no sólo se habría desvanecido frente a invitados a una de las reuniones de su gira, también habría sido trasladado a la CDMX para su pronta atención. Minutos después, llegó la confirmación del estado de salud del Presidente, lo escribió él mismo en su cuenta de Twitter: “Ni modo, amigas y amigos: salí positivo a COVID-19. No es grave. Mi corazón está al 100 y como tuve que suspender la gira, estoy en la Ciudad de México y de lejitos festejo los 16 años de Jesús Ernesto. Me guardaré unos días. Adán Augusto López Hernández encabezará las mañaneras. Nos vemos pronto…”, contradiciendo lo que su propio vocero había “aclarado” un par de horas antes. Jesús Ramírez no tuvo otra más que confirmar lo que en un primer momento negó: López Obrador no se encontraba en óptima salud, se había contagiado por tercera vez de covid-19.
Otra vez, el pésimo manejo de la información que hizo Ramírez Cuevas abrió la puerta a todo tipo de rumores, después de todo, ¿qué pensar de una vocería que no da información precisa? Desde un infarto hasta tuits falsos en los que se habló, incluso, de un fallecimiento. Todo porque la primera reacción de la vocería fue la de negar lo que al paso de unas cuantas horas fue confirmado. Si tras la publicación de la nota del Diario de Yucatán se hubiera informado el diagnóstico de covid-19 del mandatario, se habría cerrado el paso a cualquier especulación. El silencio y luego la contradicción abonaron de forma contraproducente.
Fue ya por la noche, hasta que periodistas como Joaquín López-Dóriga y Pascal Beltrán del Río informaron que López Obrador se encontraba ya en Palacio Nacional, que la velocidad de la rumorología paró. Sin embargo, incluso ayer durante la conferencia matutina encabezada por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, el gobierno de México fue cauteloso con la información. Será hasta hoy, hasta hoy, que difundan el parte médico.
Esta falta de cuidado es lo que ha opacado a esta administración que ha deseado mostrarse como un gobierno frontal. Tratándose de la salud del Presidente, de éste o de cualquiera, desde luego que su condición de salud debe informarse con total claridad. Estos no son detalles que debamos conocer años después y a través de filtraciones como los Guacamaya Leaks, son datos que deben hacerse públicos al momento. El estado de salud de quien dirige el rumbo del país no es cualquier información, por eso es aún más desafortunado el manejo que de éste hicieron en la vocería del gobierno federal. Ojalá que hoy veamos en video a López Obrador, como en los dos contagios previos, para terminar con estos contrasentidos. Le deseamos pronta recuperación.