Por: Juan Latapí O.
La historia es aburrida por la manera en que se narra con exceso de fechas, nombres y lugares que poco dicen, pero cuando se hace de manera amena e interesante puede captar la atención y aportar conocimientos. Tal es el caso del libro de reciente publicación “La irreverente historia de Monclova en monitos”.
Hace 20 años apareció la primera edición de este libro que ahora en su segunda edición, corregida y aumentada, se narra la historia de Monclova con humor a través de caricaturas y desmitificando algunos personajes de la historia local a lo largo de 80 páginas.
El libro inicia con la prehistoria donde se explica cómo se formó la Tierra, cómo surgieron los primeros continentes y luego la vida y por qué hubo dinosaurios y gran variedad de flora y fauna conservada como fósiles en nuestra región. Un montón de años después aparecieron los primeros pobladores de quienes poco o nada se sabe de ellos. Posteriormente llegaron diferentes tribus nómadas de las que se sabe un poco más acerca de sus costumbres, de cómo vivían en armonía con la naturaleza y la importancia que le daban a la guerra.
Siglos después aparecieron los conquistadores quienes al no encontrar oro ni plata por estos rumbos se dedicaron al lucrativo negocio de la esclavitud y al cruel exterminio de los pobladores originales quienes tuvieron que defenderse lo que ocasionó que Monclova tuviera que fundarse más de siete veces. Para tratar de someterlos los españoles trajeron a sus aliados tlaxcaltecas y así pudieron asentarlos hasta que apareció Alonso de León quien hizo la fundación definitiva, sin embargo, este personaje era cruel y practicaba el deporte de la cacería de los indígenas.
A gritos y sombrerazos Monclova empezó a crecer dependiendo de la agricultura y de la ganadería hasta que apareció el cura Sánchez Navarro quien mediante el agiotismo y la usura llegó a acumular una enorme fortuna. Junto con él la clase acomodada gozaba de ciertos privilegios y para conservarlos patrocinaron la aprehensión del Cura Hidalgo y sus Insurgentes. Por tal acción Monclova fue elevada al rango de ciudad.
Mientras tanto, Monclova fue nombrada la capital de Coahuila y Texas hasta que en la primera mitad del siglo 19 Texas se independizó y la capital se fue para Saltillo. Cuando los americanos invadieron México estuvieron algunas semanas en Monclova. Las broncas del país prácticamente no llegaron por estos rumbos donde el principal problema era defenderse de las últimas tribus indígenas que se resistían a desaparecer.
La economía de Monclova básicamente era la misma de siglos atrás salvo la novedad de algunas pequeñas industrias que se establecieron aquí hasta que a finales del siglo llegó el ferrocarril a Frontera, entonces conocida como Estación Monclova, así la economía creció, pero principalmente en Frontera que tomó cierta relevancia durante la Revolución de 1910.
Cuando concluyó el movimiento armado Monclova volvió a ser el apacible pueblo agrícola de siempre hasta que a principio de los 40’s llegó AHMSA y así inició un crecimiento acelerado, llegó mucha gente de fuera y muchas costumbres desaparecieron para dar lugar a otras. Durante décadas la siderúrgica fue el motor del crecimiento, con sus altas y bajas, hasta que a finales de siglo se privatizó.
Al principio le empezó a ir muy bien a Monclova, pero manejos obscuros del dueño de AHMSA la llevaron a la ruina con serias repercusiones en Monclova. Afortunadamente la diversificación de la industria local ha atenuado la crisis que tiene aprisionada a Monclova con incertidumbre.
Aunque en la historia de Monclova no aparecen grandes sucesos ni héroes patrios, sí hay una historia local que ha marcado los destinos de este polvoriento pueblo. Esta historia se puede dividir en una antes y después de AHMSA: un conservador pueblo agrícola que en pocos años se transformó en una ciudad obrera.
Contar esta historia mediante caricaturas, con humor, botaneándose de los diferentes momentos de la historia de Monclova hizo que este libro sea el más vendido el año pasado en nuestra ciudad. Esta es una edición independiente -no tiene patrocinio alguno- y está a la venta en la Librería Patria, en el Archivo Municipal, y en Fonda La Sirena. Tiene un precio muy moderado de $120, y es apto para todo público.
Es importante recordar que no se puede querer lo que no se conoce, por eso la importancia de conocer la historia del lugar donde se vive que a la vez sirve para responder de dónde venimos, el por qué somos así y cómo podemos cambiar el futuro. Por último, también hay que recordar que la risa es la mejor medicina.
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Contribución de: Juan Latapí, en colaboración con socios Arqueosaurios ~ Arnoldo Bermea Balderas, Francisco Rocha Garza, Luis Alfonso Valdés Blackaller, Oscar Valdés Martin del Campo, Ramón Williamson Bosque & Willem Veltman.
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