Yuriria Sierra
Déjà vu estadunidense
Aunque la edad de Biden ha sido tema de debate, la pulcritud con la que opera allá el sistema político ha permitido saber que los médicos lo consideran apto para gobernar.
Regresar en el tiempo. Déjà vu electoral. Así pinta la próxima elección en Estados Unidos: ¿Biden vs. Trump? Seguramente. Aunque hay más nombres, aquellos que pondrán el ritmo a las primarias previas a las asambleas donde se decantan las preferencias dentro de cada partido.
Biden vs. Trump, como una revancha luego de que el republicano no alcanzó la reelección y cimbró el sistema político estadunidense cuando llamó a sus seguidores a buscar el control que las urnas no le concedieron. El asalto al Capitolio será para siempre el signo máximo del político mal perdedor. Ahora, para esta precampaña, el empresario vuelve a hacer la misma apuesta, la de la polarización, que tan rentable resulta en otras latitudes.
“La elección es ahora entre la fuerza o la debilidad, entre el éxito o el fracaso, entre la seguridad o la anarquía, entre la paz o el conflicto, y la prosperidad o la catástrofe…”, expresó Trump hace unos días frente a una multitud en Manchester, New Hampshire. Lo dijo horas después de que Joe Biden oficializó que va por la reelección, lo hizo en un mensaje de madrugada publicado exactamente cuatro años después del anuncio de la carrera que hoy lo tiene en la Casa Blanca, el 25 de abril: “La cuestión a la que nos enfrentamos es si en los próximos años tendremos más libertad o menos libertad, más derechos o menos (…) Sé cuál quiero que sea la respuesta. No es momento de ser complacientes. Por eso me presento a la reelección”.
Biden tendría 86 años al terminar su posible segundo mandato. Lo haría de la mano de Kamala Harris, quien repetiría como vicepresidenta. Y aunque su edad ha sido tema de debate, la pulcritud con la que opera allá el sistema político ha permitido saber que los médicos lo consideran apto para gobernar. Allá no hay contradicciones de los equipos de comunicación oficiales.
Por otro lado, aún faltan varios meses para que el panorama tenga mucho mejor claridad. Al día de hoy, tanto Biden como Trump tienen oponentes dentro de sus respectivos partidos. En la esquina demócrata, además del presidente, está Robert F. Kennedy Jr., pero él tiene a cuestas un discurso antivacunas que lo acerca más a los republicanos; y Marianne Williamson, cuyo perfil, más que de una figura política calificada, está más enfocado en la autoayuda. Del lado republicano, al expresidente se le suma Mike Pence, quien fue su compañero de fórmula y quien, apenas hace un par de días, testificó en su contra; Nikki Haley, exembajadora de EU ante la ONU durante el gobierno de Trump; Vivek Ramaswamy, empresario multimillonario; Asa Hutchinson, exgobernador de Arkansas, y Ron DeSantis, actual gobernador de Florida y cuyas posturas hacen ver a Trump como la bandera menos radicalizada dentro de los perfiles republicanos con posibilidades de dar batalla en la contienda electoral.
Sin embargo, aun con esta lista de aspirantes, la posibilidad de que el déjà vu electoral se aparezca el próximo año aumenta, no sólo por el reflector natural del que goza Biden, sino por el que va a aprovechar Trump con las causas que tiene en tribunales. Sabemos que le encanta el victimismo, es una carta que sabe jugar. Ya veremos.