Alberto Rojas
Desde su silla de ruedas por secuela de meningitis infantil el payaso Kopelín busca ser feliz, pero también obtener algunas monedas para subsistir en las calles Hidalgo y de la Fuente, durante este fin de semana cuando se celebra el Día del Niño, instala su puesto de venta de golosinas. Dice que, en ocasiones, no obtiene ni para pagar el taxi de regreso a casa, pero no desiste.
Durante las celebraciones del Día del Niño espera obtener algo de ganancias en venta de paletas de dulces, fritos, cacahuates, entre otras golosinas, aunque sabe que el mercado no es fácil porque en estos días previos y posteriores al 30 de abril abundan gratuitamente, pero le apuesta a la generosidad de los monclovenses
“A veces me dan dinero como apoyo económico, en otras ocasiones por venta de mis dulces, esos son los únicos ingresos que tengo, mi edad es de 38 años, pero toda la vida he sido inválido porque de bebé me aplicaron una vacuna que me hizo daño, me creó meningitis eso me dijeron de adulto”, añade Kopelín, con problemas de lenguaje.
“Puedo mover las piernas, pero no puedo caminar, no tengo fuerzas en las extremidades, los días no son nada fáciles, a veces estoy casi todo el día, pero no saco ni para el taxi, mucho menos para los gastos de la casa”, dice el payaso de origen regiomontano, avecindado en Monclova desde hace dos años al lado de su madre.
Pese a todo, reitera, “siempre tengo que pensar que habrá días malos, pero que serán más los días buenos, ahí voy a seguir en la esquina tratando de ganarme la vida con venta de dulces y de la caridad pública”.