Néstor J. Hurtado Vera
A 20 días de que se celebre la elección que renovará la Gubernatura, así como al Congreso del Estado, las tendencias en la mayoría de las encuestas serias son irreversibles, el candidato del PRI, Manolo Jiménez, aventaja con un rango de entre 15 y 20 puntos al abanderado de Morena, Armando Guadiana y como ya lo ha visto a través de distintas mediciones, en tercer lugar, aparece el petista, Ricardo Mejía y en último lugar el exalcalde de Acuña, Lenin Pérez.
Prácticamente desde el arranque de campaña y principalmente en los círculos de “izquierda”, se ha venido manejando la posibilidad de que existan declinaciones, esto para tratar de rescatar el triunfo que hace un año, parecía muy “alcanzable”, pero la historia ya la conoce, el pleito que ascendió a lo personal entre Guadiana y Mejía, ha hecho imposible este supuesto.
A menos de tres semanas de que elijamos a nuestras autoridades en Coahuila, la cosa está color de hormiga entre los seguidores de la izquierda, que por primera vez en la historia lanzaron a tres candidatos y no necesariamente por exceso de talentos, sino por los conflictos internos y falta de consenso.
Fíjese, lo ideal sería que Mejía declinara por Guadiana por su tercer lugar, además por el llamado de las “corcholatas” a cerrar filas con Guadiana, pero fuentes que colaboran con el autollamado “tigre”, afirman que, si llega a haber una declinación, debe ser de Guadiana hacia el PT. Es decir, el pleito y la soberbia siguen a todo lo que da.
No me agrada comparar el deporte con escenarios políticos, pero creo que en esta ocasión si aplica y es como si en un partido de futbol un equipo le gana a otro 5 a 0 y faltan solo 4 minutos para su finalización; la pregunta obligada sería: Si en 86 minutos el equipo goleado no pudo reaccionar, ¿Por qué en 4 minutos haría algo distinto?
Lo mismo ha sucedido con Guadiana y Mejía, que tuvieron todo el 2022 para platicar, hacer acuerdos, ir juntos, pero nunca ha pasado y dudo que suceda.
Prácticamente al cuarto para las 12, no veo condiciones de declinación y aunque hipotéticamente llegara a darse, por el comportamiento en las encuestas y sumado a que los puntos “no son canicas” y no corresponden a votos estructurales, no cambiaría para nada el resultado.
Recordemos en 2017, el entonces candidato a Gobernador del PT, José Ángel Pérez, anunció que declinaba por Morena, de hecho, se trataba de Armando Guadiana y absolutamente nada pasó, nada cambió.
En resumidas cuentas, si llega a darse alguna declinación, resulta imposible que le quiten el primer lugar a Manolo Jiménez, por cuestión matemática y sobre todo por fondo político, que haría exageradamente complicado “transferir” los votos de un candidato a otro y más a un candidato con el que se tuvo una intensa guerra de declaraciones.