La ciudad fue destruida en el año 79 d. C.
Aristegui
Dos esqueletos de habitantes de Pompeya, que murieron debido al terremoto que acompañó a la erupción, han salido a la luz tras las nuevas excavaciones en el área arqueológica de la ciudad destruida por el volcán Vesubio en el 79 d. C.
Este nuevo descubrimiento aporta más detalles de lo que fueron los momentos de la erupción, pues los habitantes de Pompeya no sólo murieron por los lapilli o pequeños fragmentos de lava, la ceniza y los gases calientes que desprendía el Vesubio, sino también por los derrumbes de una gran terremoto conectado con la erupción.
Esto es lo que ocurrió a las dos últimas víctimas halladas, cuyos esqueletos fueron encontrados durante una excavación en la ínsula de los Castos Amantes, y que fallecieron cuando se les cayó una pared “entre la fase final de sedimentación del lapilli y antes de la llegada de las corrientes piroclásticas que enterraron definitivamente Pompeya”, explicaron hoy los responsables del área arqueológica en un comunicado.
Este hallazgo constituye “una evidencia cada vez más clara de que, durante la erupción, los derrumbes asociados a la acumulación de lapilli o el impacto de corrientes piroclásticas no fueron los únicos peligros para la vida de los habitantes de la antigua Pompeya, tal y como investigan cada vez más las excavaciones de las últimas décadas”.
Pompeya: laboratorio arqueológico
Los datos de los primeros análisis antropológicos indican que ambos individuos probablemente fallecieron por múltiples traumatismos provocados por el derrumbe de algunas partes del edificio. Probablemente se trataba de dos individuos varones de al menos 55 años, explicaron.
Durante la extracción de las vértebras cervicales y el cráneo de uno de los dos esqueletos, surgieron restos de material orgánico, probablemente un trozo de tela, además de cinco elementos de pasta de vidrio identificables como cuentas de un collar y seis monedas.
“El hallazgo de los restos de dos pompeyanos que tuvo lugar en el contexto de la obra de construcción en la Insula de los Castos Amantes demuestra cuánto queda por descubrir sobre la terrible erupción del 79 d.C. y confirma la oportunidad de continuar la investigación científica y actividades de excavación”, declaró el ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano.
Pompeya es “un inmenso laboratorio arqueológico que ha recuperado fuerza en los últimos años, asombrando al mundo con los continuos descubrimientos sacados a la luz y demostrando la excelencia italiana en este sector” , añadió el ministro en la nota.
Para el director del área arqueológica, Gabriel Zuchtriegel, “las modernas técnicas de excavación nos ayudan a comprender mejor el infierno que destruyó por completo la ciudad de Pompeya en dos días, matando a muchos habitantes: niños, mujeres y hombres. Con análisis y metodologías podemos acercarnos a los últimos momentos de quienes perdieron su vida”