Yuriria Sierra
Su mundo ideal
Hoy planeaba detallar más sobre los números de la última encuesta de Demotecnia con miras a la elección presidencial del próximo año, pero haremos una pausa, porque antes de esa contienda está la batalla que se agudiza más entre el Ejecutivo y el Poder Judicial. Es un “tú por tú”: el decretazo para retar al fallo de la Corte con el que se justificó lo inconstitucional de una de las varias decisiones tomadas desde Palacio Nacional.
La administración que presume, entre otras cosas, ser más cercana al pueblo, la más honesta, la más transparente, quiere mantener bajo llave toda la información referente a sus megaproyectos. En 2021, el gobierno de México publicó un decreto con el que dio a esos datos el carácter de asuntos de seguridad nacional. Así planeaba alimentar el reino de la opacidad. Meses después, el Inai (este instituto hoy en pausa por el freno que ha impedido nombrar a los comisionados necesarios para el quórum legal que le permita sesionar) impugnó ese decreto, acción que fue aceptada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación: “No un revés, pero sí un primer aviso de que esto no va en ningún país que se presuma demócrata y honesto…” , escribimos en aquel entonces.
Este jueves, la Corte discutió un proyecto que proponía declarar inconstitucional aquel decreto, fue presentado por el ministro Juan Luis González Alcántara. Y así fue, cayó ocho a tres. Quienes votaron en contra, otra vez: Arturo Zaldívar, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel. Los que argumentaron a favor expusieron con enorme valentía. Así lo hicieron, por ejemplo, la ministra presidenta, Norma Piña y el ministro Javier Laynez, no sólo cuando expresaron su posicionamiento, también cuando le explicaron a Esquivel Mossa lo que debería tener claro, porque fue evidente que no entendió el alcance del fallo: el Ejecutivo implica también a las secretarías de Estado. Ya llegará el día cuando calles, escuelas, colonias, hospitales, aeropuertos y trenes del futuro lleven sus nombres: Norma Lucía Piña Hernández y Javier Laynez Potisek, porque han sido firmes en sus posturas a pesar de la guerra que en Palacio Nacional le han declarado a la Corte.
Así, horas después de la resolución, apareció en el Diario Oficial de la Federación un decreto lejano a aquel de 2021, uno más claro, menos ambiguo, que evidencia en dónde Andrés Manuel López Obrador desea colocar un halo de opacidad: “Son de seguridad nacional y de interés público la construcción, funcionamiento, mantenimiento, operación, infraestructura, los espacios, bienes de interés público, ejecución y administración de la infraestructura de transportes, de servicios y polos de desarrollo para el bienestar y equipo tanto del Tren Maya como del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, y los aeropuertos de Palenque, Chiapas; de Chetumal y de Tulum, Quintana Roo…”.
¡Oh, su mundo ideal!, porque a diferencia también del 2021, no hay manera de que el Inai impugne, porque no tiene quórum legal. Así que, a partir de ahora, lo único que garantizan con su reacción al fallo de la Corte, es el reino de la opacidad: ése, su mundo ideal, según refiere un audio que acusa Adán Augusto fue editado, pero que se queda corto con la realidad con la que hoy amanecemos. Seguramente habrá fiesta y soberbia en la conferencia de esta mañana.
ADDENDUM
Y en medio de todo esto, el asunto de los mensajes entre la ministra presidenta y el presidente del Senado. Aún con el reconocimiento de Norma Piña, donde aceptó la veracidad de la conversación, está la extraña y exagerada reacción de Alejandro Armenta, ¿en qué momento se sintió amenazado? Qué manera tan burda e impresentable la del legislador, como si no hubiera visto la protesta a las puertas de la Corte, donde en verdad rebasan la línea del respeto hacia la ministra presidenta.