Alberto Rojas Carrizales
En denuncia de hechos ante autoridades, Minera del Norte S.A, afirmó que gente que desde marzo tiene tomada la Unidad Hércules, y pese a que muchos son ajenos a la fuente de empleo, se han registrado robos y saqueos incalculables, mientras que las pérdidas en equipos del minado subterráneo son por millones de dólares, además que destierran violentamente a trabajadores.
La subsidiaria de Altos Hornos de México expuso ante las autoridades, que en los pozos 19 y 21 de la zona industrial robaron 500 kilos de cobre, mientras que el 25 de mayo sustrajeron del almacén 4 barras de 67 kilos de bronces que son indispensables para operar las quebradoras, pero que los daños y pérdidas no se pueden precisar porque está tomada la zona industrial.
Por otro lado, el trabajador Miguel Ángel Ochoa Vázquez reportó ante autoridades que los radicales, en presencia de su familia le fijaron ultimátum para que se retirara de la comunidad Hércules, esto porque no comulga con los paristas también identificados como napistas.
Además, se asentó en la denuncia de hechos, que desde el lunes 24 de abril aproximadamente 80 personas, entre trabajadores y ajenos a la Unidad Hércules, bloquearon accesos a oficinas, talleres, y entrada del pueblo, tomando control de todos los accesos y empieza a decidir quién puede entrar y salir.
Los afectados narraron ante autoridades que el 27 de abril los radicales empezaron a desterrar obreros de la Unidad Hércules, acudiendo a sus casas donde les dijeron que se retiraran con todo y familias sin importarles que no tuvieran donde ir, en tanto se produjo esa ocasión el secuestro por 2 horas de los inspectores federales de trabajo Francisco Martell y Armando Duarte.
Que igual sucedió con el dirigente Rolando Torres y Marcelo Garay de quienes igualmente sacaron de sus casas con violencia ante sus familias lo mismo a Germán Ramírez Tovar, Rogelio Hernández Mancha y Julio Cesar Maciel Hernández, bajándoles la luz de sus casas, advirtiéndoles que tenían que dejar el pueblo con su familia por las buenas o por las malas, lo cual obedecieron.
Denunciaron que también con la educadora Wendy Selene Ávila Román, y su esposo César Alonso Ramos Lozano quien es dirigente sindical, igual los napistas el 27 de mayo, acudieron a casa de Miguel Ángel Ochoa Vázquez, y delante de su familia le dieron un ultimátum para que se retirara de la comunidad.