SALTILLO, COAHUILA. – Los recuerdos que tienen de Doña María de la Luz de la Peña de Fuentes dan fortaleza a familiares y amigos de la esposa del cronista de Saltillo Armando Fuentes Aguirre Catón, a quien le dieron el pésame.
En las capillas Renacimiento de Funerales Martínez, el común denominador fueron comentarios destacando que Doña María de la Luz era una mujer muy alegre, muy entusiasta, y sobre todo una gran impulsora y mano derecha de su esposo, y un pilar de fortaleza para sus hijos y sus nietos.
Luz María Fuentes de la Peña, expresó que tiene grandes recuerdos de su mamá, en especial de la alegría que siempre la caracterizaba y de su inolvidable sonrisa.
Ella era una mujer con orígenes muy sencillos, su familia procedía de Potrero de Ábrego, en Arteaga, pero nació en Saltillo. “El legado que mi mamá nos dejó es el amor a la vida en todas sus manifestaciones: la tierra, los pájaros, los niños, y por ello es que hoy honramos su vida agradeciendo cada segundo que nos dio, y a Dios por haber permitido que estuviera con nosotros”, expresó.
“Al final, la salud de mi mamá ya estaba muy deteriorada, y aún así nunca perdió ese amor por la vida, por su familia, y su alegría; fue una gran mujer y la mejor madre que yo pude tener”, agregó.
Mencionó que su madre fue el pilar que sostuvo a su padre toda su vida, “mi papá tenía grandes sueños y, como él lo ha dicho, fue mi mamá quien le ponía los cimientos de los castillos en el aire que hacía, entonces ella siempre lo impulsó, le dio su lugar y le abrió el camino, nunca estuvo atrás de él, más bien estuvo a su lado todo el tiempo, hasta el final”, expresó la hija del matrimonio Fuentes de la Peña.
SU VIDA
Doña María de la Luz de la Peña de Fuentes estudió Comercio becada en el Instituto Plancarte, con las madres guadalupanas.
A los 17 años trabajó en los Servicios Coordinados de Salud, donde fue la asistente del entonces coordinador.
“Conoció a mi papá, y cuando ella tenía 19 años contrajeron matrimonio, por lo que dejó de trabajar; al lado de mi padre construyó sus logros. Hay grandes momentos en los que recordaré a mamá por siempre, por ejemplo, las vacaciones en familia en la playa, en el rancho, los juegos de lotería, la deliciosa cajeta de membrillo que preparaba, la cajeta de perón y la fritada de cabrito”, compartió con añoranza Luly.
Indicó que las reuniones familiares eran lo mejor, pues ella bromeaba mucho, con su lenguaje sencillo, y con gran orgullo recuerda que el legado de amor trascendió también a sus 13 nietos, de quienes más que ser abuela, era una gran amiga, pues tejió una relación muy íntima con cada uno.
LA FAMILIA
Javier Fuentes de la Peña dijo que su mamá nació un 20 de mayo de 1945, y mencionó que la recordará como una gran mujer en todas sus facetas y por supuesto en la de madre.
Asimismo, recordó la anécdota que su padre siempre cuenta de cómo conoció a su mamá, que fue en el transporte público. Al bajar, él también descendió de la unidad para pedirle si la podría acompañar, pero para toda la vida, tal y como ocurrió en un matrimonio duradero y feliz que prevaleció por 60 años, siendo sus hijos Armando, Luz María, Alejandro y Javier Fuentes de la Peña.
El padre Ignacio Flores, párroco del Ojo de Agua, ofició una ceremonia en la que se dio lectura del Salmo 39 y un mensaje y oraciones por el eterno descanso de Doña María de la Luz de la Peña de Fuentes.
Los abrazos y las muestras de cariño de los presentes a la familia, estuvieron presentes en todo momento para darle fortaleza ante tan irreparable pérdida. (Con información de EL DIARIO)