Alberto Rojas Carrizalez
Con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía a proteger y conservar los bienes muebles e inmuebles históricos ya sean tangibles o intangibles que refuercen la identidad de Monclova, el arquitecto Javier Velarde llevó a cabo ayer una charla respecto a las restauraciones mayores realizadas en los años ochenta en el templo Santiago Apóstol.
En su exposición, el profesionista proyectó imágenes de las primeras fotografías del templo católico tomadas en 1888, casi un siglo después de su construcción, disertó de la remodelación entre 1946 y 1947 con la construcción del campanario y restauración del Altar Mayor, obras encabezadas por Ramón Lara y Pedro Sánchez.
A través de los años, ilustres monclovenses como José Luna Lastra, Leobardo Escobedo, Ernesto Blackaller, Rafael Infante, entre otros participaron en los trabajos de restauración del recinto local de la feligresía católica.
Velarde, en la plática efectuada en la sala de conferencias de la Biblioteca Pape expuso los trabajos de restauración realizados en 1979 donde la primera actividad del patronato fue el vaciado para la reposición de las nuevas campanas, se puso en operación un horno en el atrio con la participación del Obispo Francisco Villalobos.
“Otra restauración mayor del templo fue entre 1983 y 1985 con trabajos de estudio y diagnóstico, las tareas preliminares previas a las obras mayores fue la instalación de un tobogán para bajar material, además arropado para pudrir la cal viva, consolidación estructural de la cúpula, andamiaje perimetral, además una escalera de mecate para ascender a la cúpula”, explicó.
El conferencista indicó que se instaló una estructura metálica a nivel base con piso de madera y hule para permitir celebrar misas, identificación y limpieza de grietas, cimbra de mezcla, e instalación de ductos, y sobretecho de mortero para recibir enladrillado. En la restauración de 1992-1993 se llevó a cabo la construcción del muro para resguardo de las viejas campanas con diseño de Jesús Guajardo.
Recordó que en la remodelación de 1988, el párroco Gilberto Almaraz de la Rosa, se comunicó con Fray Gabriel Chávez de la Mora, arquitecto benedictino quien resultó ser la persona más indicada por su experiencia y conocimiento para llevar a cabo el proyecto en compañía del presidente del patronato Arturo Villarreal Amezcua y el ingeniero Moisés Zaragoza especialista en restauraciones.