Alberto Rojas Carrizales
Los nuevos inversionistas de Altos Hornos de México están en espera del aval oficial para establecer planes de pago para la deuda acumulada de la empresa con entes como PEMEX, CFE e IMSS, y la eliminación de procesos y trabas judiciales que entorpecen la captación de financiamiento para los proyectos de reactivación y crecimiento que han planeado.
Francisco Orduña Mangiola, director de Comunicación Social de AHMSA, recordó que, tal y como se informó en el mes de abril a través de la Bolsa Mexicana de Valores y es de conocimiento público, la Asamblea de Accionistas de Grupo Acerero del Norte, propietario hasta ese momento de la mayoría de las acciones de Altos Hornos de México, decidió aceptar un acuerdo para el traspaso del 55% que estaba en manos de la familia Ancira, al grupo de inversionistas encabezado por el fondo Argentem Creek Partner.
A la vez, se aprobó la renuncia de todos los consejeros que ejercían al momento, encabezados por el licenciado Alonso Ancira como Presidente, designando un nuevo consejo de administración propuesto por los adquirentes.
Esto en varias ocasiones ha sido puesto en conocimiento de personeros del Gobierno Federal, explicó Orduña ante las declaraciones del presidente López Obrador condicionando la reestructuración de la deuda con el gobierno a que la familia Ancira “retire obstáculos”.
Los nuevos inversionistas comprometieron una aportación inicial mínima de 200 millones de dólares como capital de trabajo, para reactivar la producción en minas y siderúrgicas, de manera de lograr a la brevedad ingresos propios de cara una paulatina normalización financiera de AHMSA.
Ese compromiso cumple con el requerimiento legal necesario para abrir paso a la salida de AHMSA del proceso de quiebra en que se encuentra.
El acuerdo, insiste el entrevistado, fue presentado en su momento al Gobierno Federal, con el fin de acreditar que se cumplía el deseo manifiesto del Presidente de que la Familia Ancira estuviera fuera de la empresa, lo que refrendó el propio licenciado Alonso Ancira hace unos días a los representantes sindicales que lo visitaron en San Antonio, a quienes expresó tajante: “Ya no somos los dueños de la empresa”.
El plan de pagos solicitado por los inversionistas para afrontar la deuda, permitiría acceder al financiamiento para la reactivación a fin de que la empresa se fortalezca en aceros especiales, especialmente destinados al sector automotriz y de energía.
El respaldo para esos 200 mdd iniciales está acreditado y se hará efectivo en el momento que se tengan las viabilidades necesarias de las autoridades, especialmente en términos de contar con seguridad energética para sostener la producción sin interrupciones de cara a la normalización.
En el momento que ello suceda, explica Orduña respecto al paso a seguir, se convocará a una nueva asamblea para la toma de posesión formal de las nuevas autoridades empresariales designadas por los accionistas.
Sobre la situación actual señala que si bien se cumplen prácticamente seis meses sin producción, se ha cuidado el mantenimiento de los equipos fundamentales, que están en posición de retomar la producción en plazos mínimos. Para ello se cuenta ya con planes detallados de las acciones necesarias en toda la cadena minero-siderúrgica.
A la vez, aun sin ingresos, se ha logrado con la venta de activos no fundamentales y algunos productos, pagar parcialmente los salarios del personal en minas y siderúrgicas en espera del reinicio de las operaciones, indicó finalmente Francisco Orduña.
