Yuriria Sierra
Contradictorio
“No estaba a juicio la “militarización” del país, cualquier cosa que eso signifique. Nuestra función era determinar si la ruta que eligió el legislador democrático se ajusta al marco constitucional, con independencia de nuestras preferencias ideológicas o personales. Mi compromiso es primero y ante todo con la Constitución, y con el bienestar y la seguridad del pueblo de México. Por eso voté como lo hice…”, esto es parte de lo expresado por el ministro Arturo Zaldívar en los días que siguieron a la votación, en abril pasado, del proyecto que declaró inconstitucional la integración de la Guardia Nacional a la Sedena, lo escribió en su columna en Milenio. Un texto con mucha claridad, se podrá estar o no de acuerdo, pero el expresidente de la Corte desglosó sus razones con el detalle que siempre ha identificado su labor. Un texto en el que justifica el sentido de su voto que, sabemos, fue en contra de lo que planteaba el proyecto presentado por el ministro Juan Luis González Alcántara para discusión.
Siete semanas después, desde Palacio Nacional nos sugieren que, en realidad, ese voto fue un acto de convencimiento. De eso se ufanan este miércoles por la mañana. Francamente no entendemos la necesidad de esa aclaración.
“Entonces meten el recurso para declarar inconstitucional y dije, ahora sí, esto es importantísimo. Y hablo con cinco (ministros), con los cuatro que de una u otra manera yo propuse y con el que ya estaba. Para garantizar los cuatro votos. Uno por uno, no saben lo que me costó, porque ya venían actuando mal (…) Hablé con los cinco, con dos no pude. No me dijeron que no ahí. De manera muy hipócrita. Pero eran cuatro los que se necesitaban. Nos quedamos con tres…”, expresó Andrés Manuel López Obrador.
Un acto de exhibir por exhibir y de paso exhibirse. No precisó nombres, pero dio señales claras de quiénes se trataba. Qué oportuna hoy vemos aquella explicación del voto que dio el ministro Zaldívar. Que arrogancia vemos en la actitud del Ejecutivo que es capaz de presumir que rebasó la línea de la división de Poderes, que él sí intervino en territorios donde debe gobernar la autonomía.
Cuando por un lado reprocha y exhibe constantemente en su mañanera a jueces que, según él, operan a favor de los criminales, en una dinámica para alimentar la narrativa de la reforma al Poder Judicial que él busca a su modo, resulta paradójico que hable de actos de convencimiento con los ministros de la Corte para influir en sus votaciones. Paradójico y contradictorio, como tanto en la 4T. Y mientras él continúa en el reproche por ese fallo que da la vuelta a su estrategia de seguridad, México sigue rebasando sus propios récords: del 9 al 11 de junio, 258 personas fueron asesinadas en el país, esta cifra superó de manera consecutiva al anterior como el segundo más violento del año.