Por: Arnoldo Bermea Balderas
En la primera mitad del siglo XIX contar con datos fidedignos de la población de Monclova, de sus oficios, del número de casas, del número de familias, etc., resultaba muy complicado, pues los trastornos originados por la Guerra de Independencia, y su consecuente caos político, no alentaban precisamente este tipo de actividades. En 1822, recién nos habían “soltado” el país y apenas se ensayaba el tipo de gobierno que habría de regir los destinos de la nueva nación, convulsionada por la lucha de poder originada en la capital del país, dejando a su suerte a las poblaciones que hacían sus esfuerzos por sobrevivir. Aunado a todo esto, la ignorancia de sus habitantes y su alto grado de analfabetismo (90%) no ayudaban mucho para la recopilación de la información estadística, y en muchos de los casos los individuos les resultaba difícil precisar su edad, la citaban de manera aproximada.
Actualmente para el levantamiento de información estadística que realiza el gobierno mexicano y en algunos casos empresas profesionales que recurren a la encuesta, hace suponer que con la tecnología y los procedimientos existentes se pudieran considerar como más exactos, sin embargo, todavía se pueden identificar imprecisiones si acaso en menor grado que en tiempos pasados.
Las Iglesias jugaron un papel muy importante como depositarios de la información durante el siglo XVIII y parte del XIX, tal es el caso de Santiago Apóstol en Monclova, incluso durante mucho tiempo los sacerdotes hacían un reporte trimestral con el registro de bodas, defunciones, nacimientos y a los excedentes se les conocía como “a favor de la prole”.
Al asumir el poder el primer Emperador de México, Gran Maestre de la Orden Imperial de Guadalupe, Don Agustín de Iturbide, inmediatamente expidió un reglamento que permitía decomisar todos los “libros impíos” y las “figuras obscenas” que ponían en riesgo la moral y las buenas costumbres, a la vez pretendía tener razón de sus habitantes, solicitando se hiciera un censo general de población. Para este propósito en Monclova los trabajos de levantamiento de información estadística fueron coordinados por su alcalde de entonces Don José Francisco Madero.
Para el registro que se hizo de cada individuo, se le asignó un número ascendente, igualmente para cada grupo familiar, incluyendo nombres propios, estado civil, edad, oficio y año de nacimiento resultando de la siguiente manera:
En todos los casos se incluía a los sirvientes, y en el caso particular de Monclova cuya fundación se hizo en 1689 con 32 personas, 133 años después ya sumaban 1,706 que estaban representados por 343 familias, promediando casi 5 miembros por familia. Los responsables de esta actividad se habían organizado formando tres cuarteles (sectores), el primero a cargo de don Gerónimo Flores, el segundo por don Gregorio de la Garza, y por último el tercero por don Juan Villarreal.
Sobre la misma base de 1,706 personas:
814 eran hombres, 892 mujeres
964 mayores de 18 años, 733 menores de 18; a 6 no se les definió la edad; edad promedia 23 años
264 casados, 185 casadas, 117 solteros, 38 solteras, 21 viudos, 98 viudas.
De los 263 apellidos diferentes registrados en Monclova en 1822, los ocho más representativos eran:
- García – 86
- Flores – 57
- Cárdenas – 56
- Valdés – 50
- Rodríguez – 47
- Maldonado – 40
- De los Santos – 35
- Hernández – 33
Los oficios predominantes en Monclova en 1822:
Referencias:
Cook y Borah, “Essays in Population History”.
Archivo Municipal de Monclova, Fondo de Censos.
Contribución de: Arnoldo Bermea Balderas, en colaboración con socios Arqueosaurios ~ Francisco Rocha Garza, Juan Latapí O., Luis Alfonso Valdés Blackaller, Oscar Valdés Martin del Campo, Ramón Williamson Bosque & Willem Veltman.
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