GUADALAJARA, Jalisco.-En punto de las 15:00 horas de ayer, las campanas de templos católicos en distintos puntos del país repicaron hasta por un minuto en memoria de las víctimas de la violencia en México y en demanda de paz y justicia.
El llamado a la pacificación del país se lanzó al cumplirse un año del asesinato de los jesuitas Javier Campos y Joaquín César Mora, así como del guía turístico Pedro Eliodoro Palma, a quien los sacerdotes intentaron proteger en Cerocahui, Chihuahua.
Para la Iglesia católica, la violencia es uno de los mayores flagelos de la sociedad.
«Miles de víctimas de la violencia en México se acumulan, asesinados y desaparecidos, cuerpos sin identificar, fosas clandestinas, son expresiones de este terrible mal que padecemos», advirtió en su reciente editorial Desde la Fe.
«Pidamos a Dios que toque los corazones de aquellos que perpetúan la violencia, para que encuentren el camino de la compasión y el respeto», llamó ayer la Conferencia del Episcopado Mexicano, que convocó la actividad que antecede al Diálogo Nacional por la Paz, a realizarse en septiembre próximo.
En Guadalajara Alexander Zatyrka Pacheco, Rector del ITESO, llamó a la sociedad a mostrar empatía y exigir fin a la violencia.
«La grave situación de desapariciones y asesinatos en nuestro país es de tal magnitud, que también debemos combatir la indiferencia como sociedad», expresó en un pronunciamiento por escrito.
En Chihuahua, José Méndez Alcaraz, socio de la Compañía de Jesús en México destacó que el que las autoridades mexicanas hayan hallado a «El Chueco», victimario de los jesuitas, sin vida, no es justicia, ya que esto no resuelve el problema y se requieren más acciones.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) se sumó al llamado a la pacificación durante las conmemoraciones en Cerocahui.
Las comunidades indígenas de la Sierra Tarahumara necesitan ver garantizados sus derechos a la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo, señaló Jesús Peña Palacios, Representante Adjunto en México de la ONU-DH.
El organismo llamó a los tres niveles de Gobierno a adoptar estrategias coordinadas y efectivas, que coloquen en el centro a los pueblos y comunidades indígenas, y pongan fin al círculo de violencia en la Tarahumara.