Leo Zuckermann
De fuego amigo entre las corcholatas
Comentaba ayer, en este espacio, el tipo de propaganda negativa que ya circulaba en las redes en contra de Claudia Sheinbaum. Ayer mismo, el periódico La Jornada, el más cercano a Palacio Nacional, publicó en la sección Rayuela, su pequeña editorial en la contraportada, lo siguiente: “Se complica la contienda. Mucho viene del fuego amigo”.
Pues sí, efectivamente, la contienda se enredará en la medida en que arrecie el fuego entre las corcholatas. En Morena podrán poner reglas internas para que los aspirantes no se critiquen entre ellos, pero la realidad es que, por debajo de la mesa, vendrán los golpes. Y muy duros, por lo que se atisba.
Ayer, en este sentido, ocurrió algo raro en la mañanera del Presidente. López Obrador le dio la palabra a Zósimo Camacho. Esto dijo el reportero:
“En Contralínea hemos publicado un reportaje de este hecho que involucra de manera directa al exsecretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, cuando fue jefe de Gobierno en la capital, porque él otorgó los permisos y concesiones a las empresas constructoras y éstas, a cambio, presuntamente, y es lo que dice el expediente de la UIF, entregó departamentos de lujo en Santa Fe a los hermanos y a las exesposas de Ebrard y a otras personas cercanas. Nosotros, antes de publicar, buscamos al exsecretario Marcelo Ebrard y nos recibió en su oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores, pero se negó a explicar por qué su familia fue beneficiada, como dice este expediente, con esas propiedades. Las preguntas, señor Presidente, son: primero, si usted tenía conocimiento de este expediente que integró la Unidad de Inteligencia Financiera y también si usted considera que si alguien busca sustituirlo en la Presidencia de la República, sea quien sea, pues debería enfrentar, dar la cara y explicar cuál fue su participación en hechos tan delicados como éste”.
Golpe seco y directo a Marcelo Ebrard.
El Presidente contestó:
“Pues lo más conveniente sería que yo no hablara, pero como ya se dio a conocer aquí y sí pienso que perjudica a Marcelo Ebrard, tengo que defender a Marcelo. No conocía de este expediente, pero, ¿por qué lo defiendo? No es por estar tomando partido, yo nada más voy a esperar lo que opine la gente. ¿Para dónde va Vicente? Para donde va la gente. Voy a ir hacia lo que la gente diga”.
Luego habló de cómo Ebrard fue objeto de persecución política el sexenio pasado, por lo que tuvo que exiliarse del país y solicitó, de manera respetuosa, no tratar estos temas porque él no quiere participar en la contienda interna de su partido.
Sí, cómo no.
Claro que está participando y desde el día uno de las campañas (que no son campañas, eh).
Lo que se vio es una defensa del Presidente a Ebrard frente a una supuesta investigación periodística que lleva muchos años cocinándose. Pero hay otra manera de ver las cosas.
Sabemos que López Obrador y su operador de medios, Jesús Ramírez, plantan a diario preguntas entre reporteros amigos para que el Presidente responda algún tema que le importa.
¿Por qué AMLO le dio directamente la palabra a Zósimo Camacho? ¿Acaso no fue una pregunta plantada?
Sí, el Presidente defendió a Ebrard, pero a lo mejor fue una manera de enviarle un mensaje al exsecretario de Relaciones Exteriores. Si tú te pasas y atacas de más a mi candidata favorita, o tienes sueños de no levantarle la mano cuando llegue el momento de hacerlo, incluso si consideras la idea de romper y lanzarte por un partido opositor, pues aquí ya te tenemos la camita preparada; material tenemos de sobra.
Qué casualidad que reviven estos casos de presunta corrupción de Ebrard nada menos que en la mañanera presidencial. Hoy el Presidente protege a Marcelo. Pero mañana…
Horas después, Ebrard anunció que, de ser el candidato de Morena y ganar la elección en 2024, crearía la Secretaría de la Cuarta Transformación encargada de supervisar los programas sociales y las obras prioritarias de AMLO. Y propuso para el puesto nada menos que al hijo del actual mandatario Andrés Manuel López Beltrán, a quien describió como un político “joven y talentoso”.
¿Para qué meter a Andy en la contienda interna de Morena? ¿Se trata de un guiño público o un mensaje cifrado de Ebrard al Presidente?
Por la noche, el hijo del Presidente rechazó la oferta de Marcelo y prometió no meterse en la sucesión presidencial.
Tiene razón el periódico con línea directa a Palacio Nacional: “Se complica la contienda. Mucho viene del fuego amigo”.