Yuriria Sierra
¡Calooor!
Las empresas tienen la responsabilidad de adoptar prácticas sustentables y reducir su huella de carbono.
En los últimos días, México sofocado. Y no por la política (aunque bueno, también), sino por esa ola de calor que ha dejado ya terribles consecuencias. Más allá de ser sólo un evento meteorológico extremo, esta onda de calor es un recordatorio ineludible de los desafíos que enfrentamos debido al cambio climático. Es imperativo que el gobierno, el empresariado y la sociedad civil asumamos nuestras responsabilidades y tomemos medidas concretas para enfrentar no sólo esta crisis, sino todas las que ya se dibujan en el horizonte.
En primer lugar, el gobierno debería jugar un papel fundamental en la implementación de políticas y regulaciones que fomenten la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (aunque sabemos que en la agenda de López Obrador este tema no ha sido ni lejanamente prioritario). Es necesario fortalecer las metas de mitigación y adaptación al cambio climático, así como promover la transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables (tampoco prioridad de AMLO ni de su gabinete). Además, se deberían destinar recursos adecuados para fortalecer las infraestructuras y los sistemas de alerta temprana, así como para implementar muchos más programas de educación y concientización sobre el tema del cambio climático.
Pero no solo el gobierno, el empresariado también debe asumir un papel mucho más activo en el tema. Las empresas tienen la responsabilidad de adoptar prácticas sustentables y reducir su huella de carbono. Esto implica invertir en tecnologías limpias, promover la eficiencia energética y reevaluar los procesos productivos para minimizar su impacto ambiental. Además, el empresariado puede impulsar la innovación y el desarrollo de soluciones sostenibles que contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático.
Y la sociedad civil también debe desempeñar un papel crucial en esta lucha. Es necesario fomentar una cultura de consumo responsable y consciente. Cada uno de nosotros puede contribuir adoptando hábitos más sostenibles, como reducir el uso de energía, promover la movilidad sustentable y disminuir el desperdicio de recursos. Asimismo, es importantísimo participar activamente en movimientos sociales y organizaciones que abogan por el medio ambiente, presionando a los gobiernos y las empresas para que tomen acciones más contundentes. Y ahora que vienen las campañas, revisar la oferta y los compromisos de los candidatos(as) en torno al tema. Es esencial que la sociedad civil se una para exigir un compromiso real y concreto por parte de los líderes políticos y empresariales. Las manifestaciones y la presión pública son herramientas poderosas que pueden impulsar cambios significativos. Es hora de exigir a nuestros representantes que tomen medidas audaces para enfrentar la crisis climática.
La ola de calor en México nos ha dado una advertencia clara de los riesgos y las consecuencias del cambio climático. No podemos permitirnos ignorarla. El gobierno, el empresariado y la sociedad civil tienen el deber de actuar de manera conjunta y decidida. La emergencia climática no puede esperar más. Es el momento de dejar de lado las diferencias y trabajar en conjunto en la búsqueda de soluciones sostenibles. Sólo a través de un esfuerzo colectivo podremos enfrentar la ola de calor presente y las futuras amenazas que el cambio climático nos depara.