Yuriria Sierra
Del calor a los apagones. ¿Bienvenidos a Years and Years?
Se estrenó en 2019. El famoso populista impulsor del Brexit recién se convertía en primer ministro de Reino Unido. Perfecto momento para llevar a la pantalla la distópica advertencia. La vi con profunda angustia, pero con la inevitable gratitud intelectual de ver Years and Years en HBO, extraordinariamente escrita y producida por Russell T. Davies. No es una serie: es una advertencia. Los recientes apagones y la crisis en el suministro de energía eléctrica que han afectado a diversas regiones de México han dejado en evidencia, una vez más, los problemas estructurales y la falta de eficiencia en el sector energético del país. En el centro de esta discusión se encuentra el monopolio estatal de la CFE sobre la generación y distribución de electricidad. En esta columna, analizaré cómo el monopolio de la CFE (que además está dirigida por uno de los hombres con más sospechas de corrupción en todo el gabinete, Manuel Bartlett) ha sido un obstáculo para la eficiencia, la competencia y el desarrollo de un sistema energético más robusto y confiable.
En Years and Years, la trama se desarrolla en un futuro cercano y muestra cómo la falta de inversión en energías renovables y la dependencia excesiva de los combustibles fósiles lleva a un colapso energético mundial. La serie retrata cómo esta crisis desencadena un caos social y político, con consecuencias devastadoras para la vida cotidiana de las personas.
Si bien nuestra situación actual en México no es tan extrema como la que se muestra en la serie, la crisis energética que enfrentamos es una llamada de atención para evaluar nuestra dependencia de los recursos energéticos tradicionales y la necesidad urgente de impulsar alternativas más sostenibles.
La crisis energética en México ha sido causada por una combinación de factores: el mal manejo de las centrales eléctricas, la falta de mantenimiento adecuado de la infraestructura y una política energética que no ha fomentado la diversificación de fuentes. Esto nos ha dejado vulnerables ante cualquier eventualidad. El monopolio de la CFE ha existido por décadas y ha sido defendido en nombre de la soberanía y la seguridad energética. Sin embargo, esta concentración de poder ha limitado la competencia y la innovación en este sector. Al no existir un ambiente propicio para la entrada de nuevos actores y la diversificación de fuentes de generación, el desarrollo de energías limpias y más eficientes se ha visto obstaculizado. Esto ha llevado a un sistema eléctrico dominado por la generación de energía a partir de combustibles fósiles, lo que tiene implicaciones negativas, tanto para el medio ambiente como para la economía.
Además, el monopolio de la CFE ha contribuido a la falta de eficiencia y problemas de mantenimiento en la infraestructura. La falta de incentivos y de competencia ha llevado a una falta de inversión y actualización tecnológica en las plantas de generación y en las redes de distribución. Como resultado, tenemos un sistema que se encuentra al borde del colapso y que no puede garantizar un suministro confiable y estable.
La crisis energética actual refleja las consecuencias de una política que prioriza el discurso en lugar de tomar decisiones basadas en evidencia y análisis técnico. En lugar de promover una transición hacia fuentes de energía más sostenibles y diversificadas, hemos presenciado un retroceso hacia el uso de combustibles fósiles y una menor apertura a la inversión privada en energías renovables.
Years and Years nos advierte sobre los peligros de la demagogia en la toma de decisiones políticas. Nos muestra cómo el incumplimiento de promesas, la falta de visión a largo plazo y la manipulación de la opinión pública pueden llevar a consecuencias devastadoras. Es necesario reconocer que la apertura y la competencia en el sector eléctrico no significa abandonar la soberanía y la seguridad energética. Alemania, Dinamarca y España han promovido con éxito la diversificación de fuentes de generación y la participación de actores privados, logrando una mayor eficiencia y reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles. México podría aprender de estas experiencias y adaptarlas a su realidad.
Si no la ha visto, corra. Hoy mismo, Corra: Years and Years.