Numerosos jóvenes se enfrentaron a las fuerzas de seguridad a primeras horas del domingo y atacaron la casa de un alcalde con un vehículo incendiado, en la quinta noche consecutiva de disturbios en Francia tras la muerte de un adolescente a manos de la policía, aunque la violencia en general parecía haber amainado en comparación con los días anteriores.
La policía había arrestado a 719 personas a nivel nacional, al inicio del domingo, después del enorme despliegue de fuerzas de seguridad para aplacar el peor alzamiento social ocurrido en años en el país.
La crisis ha presentado un nuevo desafío al liderazgo del presidente Emmanuel Macron y ha expuesto el profundo descontento en los vecindarios de bajos ingresos, debido a la discriminación y la falta de oportunidades.
El joven de 17 años, cuya muerte el martes 27 de junio desató la ira, fue velado el sábado 1 de julio durante una ceremonia islámica en Nanterre, un suburbio de París, donde continuaban desbordadas las emociones por su fallecimiento. Las autoridades lo identificaron sólo por su primer nombre, Nahel.