FRONTERA, COAHUILA. – Genaro Godín Hernández, hijo y propietario de un negocio de abarrotes reconocido por la venta de huevos a un precio accesible, señaló que fue su padre, quien desde Piedras Negras llegó a la Ciudad del Riel y empezó su aventura tanto en las cooperativas de las empresas, como de manera ambulante, y cuya persistencia y constancia le permitió establecerse en el local actual.
Poche II, como se distingue Genaro recordó que acompañó a su padre en la construcción del local, ahora ícono inconfundible de Frontera. Desde los 9 años, ayudaba en el transporte de frutas, principal insumo en el mercado y posteriormente colaboraba con las guardias de vigilancia, ya que desde los años ochenta, designaban una persona para pernoctar en el sitio.
“Desde los 9 años empecé a trabajar yo con él, ha sido sólo la venta de fruta, cocteles y aguas de fruta, yo le pasé a mi hermano el negocio de aguas frescas, yo me quedé con lo de los abarrotes y el huevo. ‘¡Hay que darle!’, decía mi papá, ´hay que darle vuelta al dinero rápido, no vas a querer ganarte un montón de dinero en una mercancía, después ahí la vas a tener’” compartió Godín Hernández.
A finales de la década de los noventas, el patriarca de la familia Godín anunció su retiro por malestares cardiacos; sin embargo, siguió trabajando su fallecimiento en el 2001. A partir de ese momento, Poche II, siendo ingeniero químico con experiencia en Altos Hornos, tomó las riendas del patrimonio familiar.
En la actualidad, el local está dividido en dos secciones, una de las cuales es administrada por Poche III, hermano de Poche II, quien administra el expendio de aguas frescas. No obstante, ambos respetan las máximas de su padre –Poche I- ya que saben que los clientes acuden a su establecimiento por la nostalgia y buen trato del dueño original.
“A veces viene la gente con mi hermano y le dicen ‘¡Oiga, las aguas están igualitas a como las hacía su apá!’ Y eso es -le digo- yo a mi hermano: ‘¿te fijas cómo te dice la gente? No pierdas la esencia de las aguas como las hacía papá, cuando hace cocteles de frutas lo mismo, hay recetas que ya nos dejó”, recordó.
Ellos no cambian, pero el municipio sí
A lo largo de su estancia, sobre la misma vialidad, han logrado ver la transformación que se ha generado en Frontera. Desde los inicios del sector, poblado por casonas habitacionales, entre las que destacaba la presencia de Merco, el gigante del mercado en su zona, hasta que decidió mudarse de sitio.
“Ahorita tiene como 5 años de que se fue Merco y la gente decía se va a desaparecer este pedacito, pero la gente nos sigue. En su momento, las ventas llegaron a bajar hasta un 35 por ciento, pero nosotros como comerciantes nos resistimos y dijimos vamos a bajar un poco los precios a manera que también nos convenga, y nos recuperamos, hasta el 70 por ciento, nuevamente” señaló el propietario.
Esta decisión moldeó la imagen del negocio, que cumplía con lo solicitado de su padre, el de ‘mover el producto más allá de intentar sólo generar ganancias con él’; por lo que, gracias a la decisión de bajar sus precios y los clientes siguen visitándolos.
Por último, Genaro mencionó que ellos no son los únicos que han cambiado, también clientes. Ahora éstos llegan con sus hijos al local para seguir consumiendo lo que alguna vez disfrutaron en su infancia, las famosas aguas de ‘acá Poche’.
“Vienen muchachos grandes, con camionetonas americanas y me dicen ‘¡Qué dice, amigo!’ (…) y me dicen: ‘¿Por qué cree que vengo aquí, a las aguas? Porque me acuerdo cuando yo era niño, venía de la secundaria y me ponía a platicar con su apá’”, señaló el heredero del negocio.
Como este caso existen otros comensales del mismo tipo: gente que migró a los Estados Unidos, pero regresan por nostalgia a Frontera, su lugar de nacimiento y junto al municipio viene el afamado puesto de Don Poche; sitio de paso para los estudiantes y transeúntes en el centro de la ciudad, un lugar para a refrescarse y charlar con el dueño original.
“Viene una señora y dice: ‘Este es mi muchacho, Don Poche, mi hijo siempre que viene de Estados Unidos viene y dice mami llévame acá Don Poche, tengo muchas ganas de un agua de acá Poche’ ¿qué les echarán? quién sabe, pero yo digo que son recuerdos de ellos, dicen qué recuerdo tengo de Frontera, pues las aguas de Don Poche” concluyó Genaro.
