Oscar Ballesteros
Por las calles del primer cuadro de la ciudad, Reynaldo Morales Ruiz se mantiene firme en realizar la profesión de su gusto, la música; solitario a los 82 años junto a su saxofón sale a tocar algunas melodías para lograr un ingreso y así subsistir en casa de un hijo, pues su motivación es seguir practicando este arte, que en principio le habían prohibido.
“Desde chiquillo incursioné en la música, mi papá era músico y ya yo le copiaba lo que hacía él; no quiso enseñarme porque pensó que iba a ser muy borracho, él tomaba mucho y decía ‘tú no vas a ser músico como yo, los músicos son muy borrachos” comentó el artista urbano.
Reynaldo se negó a acatar esta sentencia y como su tío también fue músico, al que también le prohibieron enseñarle a tocar, le facilitó un instrumento a sus 12 años, un clarinete con el que salía a los montes de Mitla, Oaxaca y empezaría a afinar sus melodías.
Con ello, fue que a los 15 empezaría su carrera dentro de una agrupación, ya tocando el saxofón y eso lo llevó a visitar diversos estados del sur y centro del país como Vallarta, Manzanillo, Guadalajara, Colima, explicó el entrevistado; todo esto, previo a sufrir un accidente en Tamaulipas y arribar en febrero a la Ciudad del Acero.
Su rutina inicia desde las 10 u 11 de la mañana y termina cuando la afluencia de transeúntes en la Zona Centro disminuye -si no hay gente, pues a quién le toco, dice- por lo que, es variable la cantidad de tiempo que permanece sentado tocando.
“En febrero llegué, empecé a tocar en los mercados de pulga, después me fui acercando aquí a la calle de Del Sol, y distintas calles del centro y a veces que me invitan a eventos, boda, bautizos” compartió el músico, sin embargo, en su corta estancia ya ha sufrido el embate por la crisis de Altos Hornos.
“Cuando llegué era más aceptable, había más cooperación y con la crisis de AHMSA bajó muchísimo esa interacción, disminuyó el paso de gente, yo tocaba de 11 a 12, de 2 de la tarde y luego de 5 a 7 y ganaba más o menos, ahora, aunque trabaje las 6-8 horas no rinde la cooperación con antes” comentó.
A pesar de esta condición de carencia de muchas familias monclovenses, él dice que, en Monclova saben apreciar los sonidos que salen de su saxofón debido a que, suena novedoso con relación a los instrumentos que suelen utilizarse para la música regional del norte del país.
“Honestamente como que sí aprecian bastante el sonido del saxofón, hasta los niñitos ponen el pesito, 2 pesitos y hacen a sus manitas así aplaudiendo” concluyó.