SALTILLO, COAHUILA. – La Diócesis de Saltillo realizó importantes anuncios y nombramientos entre los que destaca la designación de Monseñor Manuel Fernando Pachicano Llaca, como Vicario General, cargo de gran relevancia en la Iglesia, ya que desempeña funciones claves para el bienestar espiritual de la comunidad católica y es el segundo cargo en importancia, después del propio Obispo.
El nuevo Vicario General, Monseñor Manuel Fernando Pachicano Llaca,
es oriundo de Parras de la Fuente, en donde nació el 26 de junio de 1950, hijo de Manuel Fernando Pachicano Gallegos y Rosa María Llaca Sifuentes.
Estudió en el Seminario menor de Saltillo de 1962 a 1967; Filosofía en Montezuma de 1967 a 1970; Teología en Guadalajara, Jalisco, de 1971 a 1972, y en San Luis Potosí de 1972 a 1975.
Fue ordenado diácono el 3 de febrero de 1976 en el Santuario de la Virgen de Guadalupe en Piedras Negras el 3 de febrero de 1976 y posteriormente ordenado sacerdote el 3 de septiembre de 1976.
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La designación de Vicario General la recibe Monseñor Pachicano Llaca a un mes de que celebre en septiembre 47 años de vida sacerdotal.
El Vicario General es una figura de gran relevancia en la Iglesia, ocupa el segundo cargo en importancia, después del propio Obispo y desempeña funciones claves para el bienestar espiritual de la comunidad católica.
De acuerdo a lo que marca el Vaticano, el Vicario general debe ser un sacerdote, de edad no inferior a treinta años, doctores o licenciados en derecho canónico o en teología o al menos verdaderamente expertos en estas materias, y dotados de sana doctrina, honradez, prudencia y experiencia en la gestión de asuntos.
Además, en el marco de este nombramiento, se informó que el actual Vicario General, Monseñor Gerardo Escareño Arciniega, continuará ejerciendo como vicario, una decisión común en municipios con una gran cantidad de feligreses.