Alexis Massieu
Acorraladas legalmente, terminaron el día de ayer las empresas Sedregal y Ferromex, al ser llamadas a juicio para que respondan de manera solidaria con la reparación del daño que tendría que hacer, uno de sus guardias de seguridad, en caso de ser encontrado culpable de darle un balazo en la pierna a una vecina de la colonia Ramos Arizpe.
Fue gracias a la asesora legal de la víctima, Andrea Yahaira “N”, que el día de ayer, se pudo llevar a juicio, a las dos empresas que están ligadas al caso de lesiones calificadas, que se abrió en contra de Alfonso Alfredo “N”, el guardia de seguridad que presuntamente le dio un balazo cuando salió de su casa a tirar la basura.
Pese a los alegatos de sus respectivos representantes legales, indicándole al juez, que nada tienen que ver con los hechos que se le imputaron al guardia, el juez le dio la razón a la asesora pública de la víctima, toda vez que ya estaba acreditado que Alonso Alfredo “N”, trabajaba para la empresa Sedregal, brindando seguridad a las góndolas de Ferromex.
De acuerdo a la ley, en caso de que Alonso Alfredo “N”, sea encontrado culpable, y condenado a la reparación de los daños, las referidas empresas, también serían condenadas a indemnizar a la afectada.
Como se recordará, fue el 2 de junio, cuando al encontrarse cerca de las vías del ferrocarril, junto a un grupo de personas, Andrea Yahaira “N” fue herida por un disparo de arma de fuego cuyo proyectil le atravesó una pierna, arma que presuntamente fue detonada por Alfonso Alfredo.
Andrea, cabe señalar, es la viuda de Víctor Manuel Padilla, quien perdió la vida arriba de una góndola el pasado 29 de enero, donde se desangró debido a una herida por arma de fuego, atribuida a los guardias de Sedregal y Ferromex, siendo encontrado su cuerpo hasta que el tren se detuvo en el municipio de Ramos Arizpe.
Alfonso Alfredo “N”, es uno de varios elementos de seguridad de la empresa Sedregal, que han sido llevados a juicio por dispararles a presuntos ladrones de chatarra, procesos legales, en los que sus patrones los han dejado solos, al grado de que el día de ayer, cuando el abogado de la empresa se refería al imputado, en lugar de llamarlo por su nombre, se refería a él como “el individuo”.