ESPECIAL
En sus inicios, este territorio de Coahuila estaba habitado por pequeños grupos de nativos primitivos sin ningún tipo de organización política, que se mantenían en constante movimiento y cuya subsistencia consistía en hacer alianza con otras tribus.
Su alimentación se basaba en recolectores, caza de animales y lo que la misma naturaleza les brindaba y después de la conquista de México en 1521, la audacia de españoles hace evidente su presencia a través del primer intento de asentamiento 56 años después.
En el año 1577 el joven Alberto del Canto, es atraído por yacimientos mineros, así nace la primera comunidad “Minas de la Trinidad” y posteriormente suceden varias “fundaciones”: Luis de Carvajal y de la Cueva, crea la Villa de Nuevo Almadén en 1583.
Este territorio estaba inserto en tierras de Coahuila, y era disputado por La Nueva Vizcaya y el nuevo Reino de León, hasta que interviene la Real Audiencia de Guadalajara (Nueva Galicia), que gira una Cédula que autoriza a don Antonio de Valcárcel Rivadeneiro y Sotomayor quien encabezó una expedición a este lugar, para tomar posesión como Alcalde Mayor.
Valcárcel era acompañado por los franciscanos Fray Dionisio de San Buenaventura, Fray Francisco de Peñasco, Fray Manuel de la Cruza y el Padre Juan Larios.
En el año 1674 se funda “Nuestra Señora de Guadalupe de la Nueva Extremadura” en la Capilla la Purísima, el 25 de abril de 1675. De este poblamiento, aún se conservan los restos de una tapia de la Capilla, ubicada en frente del final de la Alameda, hacia el lado norte, por Avenida de Juárez.
En virtud de que esta Capilla estaba destinada para españoles, se tuvo que autorizar la Capilla que ahora conocemos como Iglesia “San Francisco de Asís”, para los indios conversos, que formaron los pueblos de San Francisco de la Tlaxcala y San Miguel de Aguayo, hoy conocido como sector “El Pueblo”.
En el año de 1688, con el propósito de establecer una nueva población, se asigna el terreno en donde se edificaría la Iglesia Santiago Apóstol, se protocoliza con la presencia de Fray Toribio García de Sierra, don Alonso de León y de don Rodrigo Flores de Valdés, dejando una cruz en el área que se había escogido.
Un año después, el 12 de agosto de 1689, se hace la fundación definitiva de Monclova por don Alonso de León y su lugarteniente Diego Ramón y avalado por el Obispo de la Real Audiencia de Guadalajara Juan de Santiago de León y de Garabito.
Cabe mencionar que se le asignó ese nombre, en honor al Conde Melchor Portocarrero Lasso de la Vega “Conde de la Monclova”. La redacción del Acta de Fundación, la hizo el italiano, Juan Bautista Chapa.
En un inicio se conformó una pequeña población de audaces vecinos que constantemente tenían que enfrentar el acecho de los indios. Estos compartían lo que les era común; el ocio, la superstición, y la mayor parte de las actividades recaían en la mujer.