NUEVA ROSITA, COAHUILA.- Se habla de que es más de un millón de pesos los que una mujer de nombre Aidé debe a múltiples personas que cayeron en una estafa que orquestó y a la cual denominó «Tandas rebotadas», mismas que ofrecía en redes sociales.
La denuncia pública la hizo una de las afectadas de nombre Rutela Limón, quien aseguró que son un grupo de personas víctimas de «fraude» las cuales radican en Nueva Rosita y la intención es que se virilice en redes sociales la situación que vivieron para que otras comunidades no caigan en este esquema de «tandas rebotadas».
«La autora se llama Aidé Hernández Méndez, una muchacha de solo 21 años, quien hace aproximadamente 4 meses empezó a subir a su perfil las famosas «tandas rebotadas» se trataba de que le dabas 5 mil o 6 mil pesos para poner al corriente una tanda que dejaron de pagar a la cuarta o quinta semana y ganabas los 10 mil pesos cerrados», dijo.
Explicó que así publicaba Aidé de 10 a 15 o hasta más tandas en ese modo y la gente cayó por qué ella había generado mucha confianza ya que siempre vendió de todo, era emprendedora y era muy conocida.
Señalo que así paso por meses con ese tipo de tandas hasta llegar a ofrecer la más grande donde se pagaba la cantidad de 23 mil pesos para recibir 42 mil pesos en una sola semana , y la verdad todo bien entre más entregaba más gente confiaba y se unían.
Indicó que no fue hasta el día 27 de julio cuando esa persona ya no pudo más y decidió decir la verdad , asegurando que las tandas nunca existieron , ella las inventó para poder salir de apuros y conforme pasaban las semanas el monto a entregar aumentó hasta llegar a 1 millón 200 mil pesos, eso es aproximadamente lo que se ha contabilizado entre las afectadas, así que hasta ahorita más de 80 personas son las que están esperando la devolución del dinero invertido y donde la esperanza de que vuelva es muy poca.
Aseguró que de primero la mujer salía, explicaba, daba la cara, pero ya es casi un mes y todavía son esa cantidad esperando se les regrese su dinero.
Menciono que esta persona aun así se compró carro, puso local de ropa, publicaba viajes y lujos.
«El colmo es que el día viernes tenía programada su boda en grande en un salón de la cuidad dónde vivimos, pero la gente se molestó tanto que la tuvo que cancelar», explicó.