Néstor J. Hurtado Vera.
Debo reconocer que en el sexenio de Felipe Calderón fui un crítico de la estrategia de seguridad, de hecho, lo sigo criticando, porque sin duda hubo cosas turbias y notorios arreglos fuera de la ley con grupos del crimen organizado, al grado que su ex secretario de seguridad, hoy se encuentra preso en Nueva York.
Y si el sexenio de Calderón, en el que hubo más de 120 mil homicidios, fue duramente criticado, imagine lo que pienso sobre los más de 164 mil homicidios en lo que va de sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Obviamente en cada gobierno hay estilos, hay maneras y formas de combatir a la delincuencia, por ejemplo, a Calderón lo criticamos por enfrentarlos, a Peña Nieto por la percepción de pactar con ellos y a López Obrador por ofrecer abrazos y pedir se trate con respeto a los delincuentes.
No es ninguna sorpresa que, al cuestionar a López Obrador, acuse aún a Calderón de su fallida estrategia de seguridad. Según AMLO, el panista «alborotó el avispero» al enfrentarlos sin una estrategia clara, pero debo decir que queriendo o no, el actual mandatario ha seguido los pasos de su acérrimo enemigo político.
En ambos sexenios se decidió encargar al Ejército Nacional la responsabilidad de enfrentar a la delincuencia organizada, ningún presidente pudo limpiar de corrupción a la Policía Federal, ahora Guardia Nacional y en ningún caso, se fortaleció a las policías estatales o municipales, las cuales son el primer contacto en las diversas entidades del país, solo por mencionar algunas similitudes.
Desde una óptica propositiva, creo firmemente en que se debe tomar al «toro por los cuernos», sencillamente enfrentar a cualquier tipo de delincuente, con dureza y apego a la Ley, sin importar de cuál organización sean.
Asimismo, al igual que en Coahuila, el gobernador Miguel Riquelme, ha estrechado coordinación con Ayuntamientos y Fuerzas Federales, ha fortalecido a la Policía del Estado, asimismo ha vigilado a sus elementos con pruebas de control y confianza. Sin duda, López Obrador, así como el próximo presidente o presidenta, deben voltear a ver el «Modelo Coahuila», para empezar a dar resultados a la sociedad.
Actualmente Coahuila es junto con Yucatán de los estados con menos homicidios dolosos y eso que hablamos de un estado fronterizo. Ojo, no digo que no existan problemas y fallas, pero si este modelo ha funcionado en traer paz y seguridad a los coahuilenses, sin duda para los próximos gobernantes, debe ser una obligación explorar el éxito de dicho modelo.
AMLO debería estar pensando en replicar el modelo Coahuila o el de Yucatán, no en culpar a Calderón de las actuales tragedias. Si bien, esto es un problema internacional en el que Estados Unidos también tiene que intervenir, en casa podemos hacer mucho sin politiquería.
Pero bueno, este sexenio ya se fue y lamentablemente el presidente tiene otras prioridades (la campaña del 2024), por lo que el sexenio de los abrazos, dejará a finales del 2024 a más de 200 mil homicidios, siendo el más violento de la historia moderna.