Alexis Massieu
Con la participación de 5 víctimas, y 6 imputados por el delito de fraude en la venta de bienes raíces, 4 ministerios públicos, 7 defensoras de oficio, 5 asesores particulares y 13 testigos, arrancó el día de ayer un mega juicio oral, por hechos que se cometieron hace 7 años, en el más antiguo de los casos.
Tras varios intentos de reunir a todos los involucrados en la presunta comisión de 3 fraudes por la venta de terrenos y casas, y un delito de simulación de acto jurídico, el día de ayer arrancó por fin, el juicio oral relativo a las causas penales 295/2016, 512/2018,34/2019, y 454/2019.
Fue en la sala 3, la más grande del Centro de Justicia Penal, donde el Juez Alberto Jacobo Camacho, decretó el inicio de la etapa final en el proceso que se sigue en contra de Lorena, Adriana, Sarita, Rosa María, Pedro, y Miguel Ángel “N”, éste último involucrado en los 4 casos en los que presuntamente se vendieron casas y terrenos, haciéndose pasar por los dueños, y obteniendo en total un millón 480 mil pesos.
En la primera audiencia de un juicio que se presume durará, de una a dos semanas, se estableció que se irán analizando de forma gradual los diferentes casos, ya que, para fines prácticos, lo conveniente es que las víctimas y los testigos, sólo tengan que acudir a los juzgados cuando se aborde la causa en la que se vieron afectados, o presenciaron los hechos.
De acuerdo a lo que se señaló en la primera audiencia del juicio oral, los fraudes se cometieron con la venta de una casa en la colonia Petrolera, y otras en la Leandro Valle, más dos terrenos, uno en la colonia Guadalupe y el otro en el Sector El Pueblo.
LA CASA DE LA PETROLERA
Fue presuntamente el 11 de marzo del 2016, que asegurando ser un agente de bienes raíces, Miguel Ángel “N”, abordó a María Teresa “N”, diciéndole que había un matrimonio que necesitaba dinero con urgencia, y que estaban vendiendo una casa en 300 mil pesos, pese a que su valor real era de 700 mil.
Cuando fueron ante el Notario Público Alfonso Ornelas, dos personas con las que el “vendedor” se había puesto de acuerdo previamente, usando identificaciones falsas se hicieron pasar por los propietarios, simulando ser el matrimonio urgido de dinero, pagándoles la afectada los 300 mil pesos que habían acordado.
Tiempo después, los verdaderos propietarios se presentaron en la casa que le habían vendido, aclarando que los que habían firmado ante el fedatario, eran unos impostores, dando inicio a una investigación de fraude que legalmente se clasificó como una simulación de acto jurídico.
FRAUDE EN LA GUADALUPE
El 25 de septiembre del 2016, cuando Hilda “N”, se encontraba buscando un terreno en la colonia Guadalupe, fue abordada por Adriana, y Miguel Ángel “N”, indicándole que conocían a una persona que muy posiblemente estaría dispuesta a venderle un predio localizado en la calle Mazatlán.
Habiéndole indicado a la víctima que el propietario quería 430 mil pesos por el terreno, los supuestos vendedores se reunieron con Hilda “N”, en la Notaría Pública de Gilberto Antonio Muela, para cerrar el trato, y cuando la propietaria no llegaba, asegurando Adriana “N” que la dueña era su tía, le pidieron “la lana”, asegurándole que el notario recabaría más tarde la firma.
Fue en el 2017, cuando ya la afectada había construido una casa en el terreno de la Guadalupe, que llegó hasta el lugar un hombre que le aseguró ser el dueño, y entonces supo que la habían engañado.
UNA GANGA EN LA LEANDRO VALLE
Fue el 25 de julio, que presuntamente, Pedro, Rosa María, y Miguel Ángel “N”, cometieron un fraude en contra de Ricardo “N”, a quien le ofrecieron una casa en la colonia Leandro Valle, al cual le pidieron 330 mil pesos por una casa que valía mucho más, pero que se vendía a ese precio porque el propietario estaba enfermo.
Los “vendedores” y la victima acudieron ante un notario público, acompañados de una persona de nombre Armando, que se hizo pasar por el dueño de la casa, pero al ver el fedatario que había requisitos legales que no se cumplían, les dijo que no era posible celebrar el contrato, lo cual no impidió que a Ricardo, los defraudadores le pidiera 10 mil pesos de anticipo.
El día 7 de agosto de ese mismo año, ya ante otro notario, el afectado les entregó los 320 mil pesos que faltaban, sin imaginar que era víctima de un fraude, y que aparecería el verdadero dueño del bien inmueble.
UN TERRENO EN EL SECTOR EL PUEBLO
El día 4 de abril, tras ver en redes sociales que se estaba vendiendo un terreno ubicado en la calle Jiménez, frente a la secundaria Justo Sierra, en el Sector El Pueblo, Julián Javier “N”, se entrevistó con los supuestos vendedores del predio, Sarita, Lorena, Rosa María, y Miguel Ángel “N”, quienes le indicaron que todos los papeles estaban en regla.
El comprador les dijo que le interesaba el terreno, pero que sólo podía comprar una parte, razón por la que, tras presuntamente consultar con la dueña, le indicaron que sí estaba dispuesta a fraccionarlo, dándole la idea de que ahí se podría crear un fraccionamiento familiar, y que, si alguien más se animaba a comprar, le darían un mejor precio.
Fue así que además de Julián Javier “N”, se interesó otra persona de nombre Jesús Guillermo, al saber que les venderían el metro cuadrado a 300 pesos, de tal forma que para el día 7 de abril, reunidos en la Notaría Pública de Gilberto Muela, los afectados pagaron 210 mil pesos cada uno, depositando el dinero en la cuenta bancaria del esposo de una de las presuntas defraudadoras.
Más tarde, cuando los afectados investigaron, supieron que ese terreno no le pertenecía a Sarita “N”.
