A dos años de la violenta muerte del joven Ernesto Misael, los 2 acusados enfrentan el procedimiento por el delito de homicidio calificado
Alexis Massieu
La Prensa
A escasas 100 horas de celebrarse el segundo aniversario luctuoso de Ernesto Misael García, alias “El Rocky”, el día de ayer arrancó el juicio oral que por el delito de homicidio calificado, y el robo de un teléfono celular, se abrió en contra de Jonathan, y Ángel de Jesús “N”, conocidos por los apodos de “El Pelón”, y “El Sapo”, respectivamente. Siendo la madre de la víctima, la primera en declarar.
Fue en el Centro de Justicia Penal, en Ciudad Frontera, donde en punto de las diez de la mañana, arrancó la etapa final del procedimiento penal identificado como la causa 559/2021, con miras a esclarecer la muerte de quien tenía 28 años de edad y dejó a dos niñas en la orfandad.
De acuerdo a la acusación hecha por el Ministerio Público, el crimen ocurrió el 9 de septiembre del año 2021, en un domicilio de la calle Chihuahua de la colonia Braulio Fernández, entre las 22:50, y las 23 horas, cuando se en la habitación del entonces menor de edad, Alan Eduardo “N”, apodado “El Negrito”, cuya puerta daba hacia la calle, se encontraban Teresita alias “Fanny”, y Misael alias “Rocky”.
Repentinamente entraron al lugar, Ángel de Jesús, y Jonathan “N”, comenzando el primero de ellos a golpear a su pareja “Fanny”, y tras herirla con un arma blanca en el brazo, se fue encima de “El Rocky”, a quien no le dio tiempo de hacer nada para evitar las dos patadas que le dio en la cara, y enseguida darle uno de los piquetes con los que le arrebataron la vida.
Con ayuda de una vecina, “El Negrito” pidió ayuda, pero “El Rocky”, dijo que no quería que lo trasladaran porque no tenía dinero para pagar, fue entonces que sus familiares acudieron en su ayuda, llevándolo al hospital donde no pudieron salvarle la vida.
Según el dictamen del médico forense, Ernesto Misael fue herido con arma blanca en 16 ocasiones, una de ellas alcanzándole el corazón, y otra perforándole un pulmón.
Tras escuchar a manera de resumen lo que se presume ocurrió aquella noche, el Ministerio Público comenzó a llamar a los testigos, siendo la primera de ellos, la Señora Galdina, madre de la víctima, seguida de Juan José “N”, padre de uno de los acusados, quien se retractó de lo que originalmente había declarado ante el Ministerio Público.
De los dos testigos presenciales, considerados claves, para el caso del Ministerio Público, Alan Eduardo, alias “El Negrito”, subió al estrado para contar lo sucedido, y hundir con su dicho a los dos presuntos culpables, mientras que Teresita, alias “Fanny”, se escapó del lugar, ignorando la orden judicial de presentarse a declarar.
LA DECLARACIÓN DE GALDINA
Ese día estaba en mi casa, eran cerca de las once y cuarto, cuando mi esposo recibí una llamada, era mi cuñado, y me pidió que le pasara a mi esposo, y entonces le dijo que a Ernesto lo habían picado, y cuando le preguntó dónde, le dijo que por “El Rastro”.
Unas vecinas, respondió a la pregunta del Ministerio Público, fueron quienes le dieron un aventón a la colonia Braulio Fernández, a la que algunos le dicen “El Rastro”, y fue en la calle Chihuahua a espaldas de un centro comercial, donde encontró a su hijo, le habían dicho en otra llamada, que estaba muy mal.
–¿Qué te pasó mi amor, que te hicieron?
—Me picaron, el peón frentón y su sobrino, me dieron 4 piquetes en el pecho.
Galdina, dijo que su hijo logró pararse y se subió al coche, para llevarlo al hospital Amparo Pape, sin embargo, en el trayecto, les dijo que le subieran el vidrio del lado donde él iba, porque tenía frío.
Ya en el hospital tras subirlo a la camilla, de repente vio corre a médicos y enfermeras, y uno de ellos salió a decirle que su hijo había fallecido.
Antes de abandonar la sala, la agente del Ministerio Público, le preguntó a Galdina, si reconocía a Jonathan alias “Pelón”, y a Ángel de Jesús, alias “Sapo”, y dijo que sí, porque había vivido en la calle Chihuahua, y entonces los apuntó, para que quedara claro a ala juez y todos los presentes, que ellos estaban en la sala.
QUERÍA VER A SUS HIJAS
Alan Eduardo, le dijo al abogado de los acusados, que recuerda muy bien la fecha en que mataron a Ernesto, un 8 de septiembre del 2021, porque el 9 es la fecha de cumpleaños de su hermana, y en aquella ocasión coincidió con el velorio.
“El Negrito”, que en el aquel entonces era menor de edad, dijo que esa noche se encontraba en su casa, la de su abuelo, en la calle Chihuahua, cuando llegó “Fanny”, quien le dijo que quería comprar unas “birongas”, y esa fue la razón por la que no se le olvidó la hora, ya que faltaba poco para que dejaran de vender.
Contó que algunos minutos más tarde, llegó el “Rocky”, y 5 minutos después, entraron Ángel, y “El Pelón”, y que el primero comenzó a golpear a “Fanny”, quien era su pareja—“a puros putazos”– y entonces la picó en un brazo, y luego se le fue encima a Ernesto, dándole dos patadas en la cabeza, y un picotazo en el pecho.
Jonathan primero lo defendió, diciéndole a Ángel que a eso no habían ido, pero luego le preguntó que si traía teléfono celular, y Ernesto le respondió que no, y fue entonces que con un cuchillo que había dejado Ángel en la cama, lo comenzó a picar, luego con un desarmador.
“Está gacho ver que estén matando a un compa, yo estaba en el rincón”, indicó “El Negrito”, explicando que hacia ese lugar lo habían empujado, “aquel bato como que se desmayó.
Cuando los atacantes se habían ido, Alan Eduardo fue a ver cómo se encontraba Ernesto, y fue entonces que le dijo: “ya valió verga, llámale a un taxi, quiero ver a mis chavalitas”-
–Ese bato no hizo nada.
–¿Se defendió?
–Nomás se quejó.
“Al chile, tuve miedo, no es que no haya querido defenderlo”, respondió “El Negrito”, cuando la agente del Ministerio Público lo cuestionó sobre porque no intervino.
Contó que salió de su casa para buscar ayuda, y le dijo a una vecina que llamara a una ambulancia, en esos momentos tenía que darle agua a Ernesto para que pudiera hablar.
–¿viste cuando lo apuñaló?
–Sí, vi cuando lo apuñaló, ¡chale!, qué podía hacer yo.