Por Staff
El Universal
CHILPANCINGO, Gro.- El cuerpo de Fernando García Hernández, delegado de la Fiscalía General de la República (FGE) en Guerrero, quedó tirado en la esquina de la calle Moctezuma y Xóchitl, en la colonia Cipatli, en Chilpancingo. Salió de su casa alrededor de las 8:30 de la mañana, apenas recorrió en su camioneta cinco viviendas cuando lo mataron.
El ataque fue certero, hombres armados lo esperaban en la esquina de su casa. Le dispararon de frente por lo menos en 25 ocasiones, según los impactos que quedaron marcados en el parabrisas y la carrocería de su camioneta.
Él quedó tirado en la esquina y su camioneta a unos 20 metros de distancia, donde se impactó con el portón de una casa. Cuando llegaron los paramédicos de la Cruz Roja, García Hernández había muerto.
Los vecinos dijeron que no vieron nada —o prefirieron no decir—, lo único que contaron es que escucharon muchos balazos. No vieron si los atacantes iban en uno o en dos vehículos, en motos. Nada.
«Escuchamos los balazos y corrimos a protegernos. Ni modo que saliéramos a ver para que nos dieran un balazo», dijo un vecino.
Los que estaban ahí cerca eran unos albañiles que trabajaban en una obra, tampoco vieron algo, igual: escucharon y corrieron a protegerse de las detonaciones.
Las calles de Xóchitl y Moctezuma se llenaron de policías ministeriales, estatales y soldados del Ejército y la Guardia Nacional. Ahí estuvieron casi tres horas, hasta que el Servicio Médico Forense (Semefo) se llevó el cadáver de García Hernández, y después trasladaron la camioneta llena de disparos.