La poca bibliografía que se conoce hasta ahora demuestra un hueco (quizás intencional) sobre el rol de Monclova durante el movimiento de Independencia. Si revisamos los pocos textos que nos han llegado nos encontramos con muy poca información, aunque explicable -quizás- por la lejanía con la capital de la República y por estar más concentrados en ese tiempo por combatir a varios grupos de indios, como los comanches, Mezcaleros y los Lipaneses, entre otros. Por cierto, muy sangrientos y crueles.
Algunos de los pocos textos que abordan el tema se contradicen, como entre el del muy conocido Dr. Don Regino F. Ramón y el del Dr. José Ma. De la Fuente.
Es de todos conocido el saqueo y venta clandestina de valiosos documentos históricos de México, que han aparecido en bibliotecas y archivos norteamericanos y europeos, como por ejemplo en la Colección Latinoamericana de Nettie Lee Benson, de la Universidad de Texas, en Austin. Por eso, se dificulta seguir los trazos de ricos episodios de la historia de México.
Son años oscuros, de cierta manera, los que atravesó Monclova durante la Independencia. Lamentablemente Monclova lleva la etiqueta de la traición contra Hidalgo y los demás insurgentes que lo apoyaban, como Allende, Abasolo, Aldama, Jiménez y otros más. Aunque no quisiéramos, la traición de un hombre arrastra al pueblo de Monclova. No queda claro cuántos fueron los prisioneros en Baján; algunos textos citan 700, otros 900 y otros rebasan los 1000. No se sabe. Inclusive las listas de los religiosos capturados varían.
El Gobernador en turno, Don Simón Herrera, dictó instrucciones para que los habitantes de Monclova, dieran unan estruendosa recepción a los prisioneros, que habían sido capturados y conducidos por el Coronel Elizondo y cuya figura principal era el Padre Hidalgo. Todo indica que el pueblo salió a las calles o al menos observaba por las ventanas, pero tal y como sugiere César Luna Lastra, mas bien por curiosidad y por conocer personalmente al Padre Hidalgo y no tanto como festejo por lo acontecido.
Después de la captura en Baján, condujeron a los prisioneros a Monclova, en donde los tuvieron que separar por grupos, por la gran cantidad que eran. A unos los albergaron en el Hospital Real, ahora convertido en el Museo Coahuila- Texas; otros en la capilla de la Purísima; obviamente a otros en el Cuartel de la Guardia. Y a Hidalgo y los altos jefes insurgentes los alojaron en la Casa del Estanco del Tabaco, que estaba localizada en lo que ahora se conoce como la calle de la Fuente, muy cerca de lo que en un tiempo era el Colegio Monclova. De hecho, recordamos la placa azul con letras blancas y que estaba en una de las bardas blancas, donde constaba que en ese lugar había estado preso Hidalgo. Desconocemos el destino de esa placa, quizás se destruyó durante el derrumbe del inmueble.
No debe ser motivo de orgullo que Monclova haya sido sede de la prisión de tan ilustres héroes, quienes estuvieron del 22 al 26 de marzo de 1811. Hay vacíos en la historia que aún no se llenan. Falta mucho por salir a la luz. Los textos que nos han llegado son escasos y confusos y contradictorios. La historia es inconclusa y se va construyendo a medida que avanzan las investigaciones. No dudamos que más tarde nos cambie hasta lo que ahora damos por cierto; así es la historia.
Dentro de esa incertidumbre histórica también está lo relativo a la prisión de Hidalgo. Nos falta un documento de evidencia que pruebe lo que hasta ahora se supone. No tenemos esa confirmación. Tenemos restos de un tronco de nogal que se supone que fue donde estuvo Hidalgo encadenado con los grilletes ( y ahora reubicado en el Museo del Polvorín).
Pocos, muy pocos monclovenses saben que -entre lo que arrojó el movimiento de Independencia fue la consagración de nuestra Señora de Zapopan como la Patrona de Monclova, ocurrido el 21 de marzo de 1811 y, paradójicamente, en agradecimiento por haber derrotado a los Insurgentes.
Como uno de los resultados del movimiento de independencia, México empezó a tener cambios muy favorables y optimistas tanto en lo social como en lo político, que rápidamente se extendieron por todo el país; así, el 1 de julio de 1821 se firmó el Acta de la Jura de la Independencia en la Villa de Saltillo y en la Ciudad de Monclova fue el 6 de julio de 1821, signada por los miembros del ayuntamiento constitucional conformado por Don Antonio Elosúa; Víctor Blanco; Ramón de Uronga, Benigno Vela y Don José Antonio de Santos Coy.
Durante los 11 años que duró la lucha por la Independencia, fueron muchos mexicanos sacrificados, y lamentablemente, entre ellos monclovenses. A todos ellos y a sus familias se les debe un justo tributo.
En Monclova se desempeñan 3 grupos de historiadores o, al menos, de personas interesadas por la historia regional. Mucho han aportado a la sociedad para el conocimiento de nuestra historia. Sin embargo, hay todavía mucho por precisar, por confirmar y por investigar. La reconstrucción de nuestro pasado se va revelando paulatinamente. Esperemos que para próximos aniversarios de la Independencia podamos tener mayor aproximación al rol de los monclovenses durante dicho episodio; sin duda, aún inconcluso.
